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martes, 8 de marzo de 2016

MUJER

Love’s Oracle - Albert Ritzberger (1900)

"...Un hombre es un dueño. Es esencialmente un dueño; gestionará mejor o peor su propiedad, pero está condicionado por ella. Las mujeres, con respecto a la referencia fálica, no tienen nada que perder. No tener nada que perder puede otorgar un coraje sin límite, aun feroz: mujeres que, para salvar lo más precioso, están preparadas para ir hasta el final sin detenerse, dispuestas a luchar como quieran..."
Jacques-Alain Miller, Fragmento de Conferencias porteñas 3, Editorial Paidós.

Roundup Wages - John Philip Falter 1910-1982)
https://www.facebook.com/noemipilar.molinero/posts/1047498828643062?pnref=story

viernes, 19 de febrero de 2016

AMOR Y RIDÍCULO


(Entre el hombre y la mujer, nada está escrito)
Jacques- Alain Miller, fragmento de entrevista por Hanna Waar, para la Psychologies Magazine, octubre 2008, n° 278.
Amar verdaderamente a alguien es creer que amándolo, se accederá a una verdad sobre sí mismo. Amamos a aquel o a aquella que esconde la respuesta, o una respuesta a nuestra pregunta: “¿Quién soy yo?”
Amar, decía Lacan es dar lo que no se tiene. Lo que quiere decir: amar es reconocer su falta y darla al otro, ubicarla en el otro. No es dar lo que se posee, bienes, regalos. Es dar algo que no se posee, que va más allá de sí mismo. Para eso, hay que asumir su falta, su “castración”, como decía Freud. Y esto, es esencialmente femenino. Sólo se ama verdaderamente a partir de una posición femenina. Amar feminiza. Por eso el amor es siempre un poco cómico en un hombre. Pero si se deja intimidar por el ridículo, es que en realidad, no está muy seguro de su virilidad.
Un hombre enamorado tiene retornos de orgullo, lo asalta la agresividad contra el objeto de su amor, porque este amor lo pone en una posición de incompletud, de dependencia.Por ello puede desear a mujeres que no ama, para reencontrar la posición viril que él pone en suspenso cuando ama. Freud llama a este principio la “degradación de la vida amorosa” en el hombre: la escisión del amor y del deseo.
En las mujeres es menos habitual(...) hay desdoblamiento del partenaire masculino. De un lado, está el amante que las hace gozar y que desean, pero está también el hombre del amor, que está feminizado, profundamente castrado. Sólo que no es la anatomía la que comanda: hay mujeres que adoptan una posición masculina.(...).
Los estereotipos socioculturales de la feminidad y de la virilidad están en plena mutación. Los hombres son invitados a alojar sus emociones, a amar, a feminizarse. Las mujeres conocen, por el contrario, un cierto “empuje al hombre”: en nombre de la igualdad jurídica, se ven conducidas a repetir “yo también”(...).
Cada uno es conducido a inventar su propio “estilo de vida”, y a asumir su modo de gozar y de amar. Los escenarios tradicionales caen en lento desuso. La presión social para adecuarse a ello no ha desaparecido, pero es baja.(...)
Existe lo que Freud llama Liebsbedingung, la condición de amor, la causa del deseo. Es un rasgo particular –o un conjunto de rasgos– que tiene en cada uno una función determinante en la elección amorosa.Esto (...) es propio de cada uno, tiene que ver con la historia singular e íntima. Rasgos a veces ínfimos están en juego. Freud, por ejemplo, había señalado como causa del deseo en uno de sus pacientes ¡un brillo de luz en la nariz de una mujer!.
(...)
Particularidades nimias, que recuerdan al padre, la madre, el hermano, la hermana, tal personaje de la infancia, juegan también su papel en la elección amorosa de las mujeres.
Pero la forma femenina del amor es más erotómana que fetichista:quieren ser amadas, y el interés, el amor que se les manifiesta, o que suponen en el otro, es a menudo una condición sine qua non para desencadenar su amor, o al menos su consentimiento. El fenómeno está en la base de la conquista masculina.
(...)
Entre tal hombre y tal mujer, nada está escrito por anticipado, no hay brújula, no hay relación preestablecida. Su encuentro no está programado como el del espermatozoide y el del óvulo; nada que ver tampoco con los genes.
Los hombres y las mujeres hablan, viven en un mundo de discurso, es eso lo que es determinante. Las modalidades del amor son ultrasensibles a la cultura ambiente. Cada civilización se distingue por el modo en que estructura su relación entre los sexos.
Ahora, ocurre que en Occidente, en nuestras sociedades, a la vez liberales, mercantiles y jurídicas, lo “múltiple” está en camino de destronar el “Uno“. El modelo ideal de “gran amor para toda la vida”cede poco a poco el terreno ante el speed dating, el speed living y toda una profusión de escenarios amorosos alternativos, sucesivos, incluso simultáneos(...).

Daniel Huntington - Sowing the Word

miércoles, 17 de febrero de 2016

LOS ANTIGUOS AMOS SE ENCUENTRAN DESORIENTADOS


(El goce femenino es incontrolable) (*)

(…) En la actualidad, hay otra idea de familia, otra práctica, otros conceptos. El de hoy es un nuevo mundo. La función del padre no es la de antes. Eso se dice desde la revolución francesa. No hay que olvidarse que se le cortó la cabeza al rey.(…) podría decirse que el padre ya no tenía la gloria social y legal anterior. Y con una cierta igualdad de condiciones que la revolución favorece, la idea del pater familias, que viene de la Roma antigua, se encuentra recortada. Balzac, en sus novelas, señala la caída de la imagen paterna a mitad del siglo XIX. - en “La mujer de treinta años”, en “Papá Goriot”.
(…)La paternidad, en esa novela, está degradada. Y eso pareciera que cada generación lo redescubre. Un siglo después, Hannah Arendt escribe un artículo sobre la declinación de la autoridad en los Estados Unidos. Esto es parte del derrumbe progresivo de un orden simbólico que era fuerte, antiguo.
(…) Los hombres son los antiguos amos, caídos, degradados. Por la emergencia de las mujeres. Y aunque esto es relativamente reciente, los antiguos amos se encuentran desorientados. Los hombres no se ubican bien frente a la femineidad emergente, que reivindica un cambio en muchas categorías.
La cultura… la cultura está armada para controlar el goce femenino, que es incontrolable. Pero desde el comienzo de la civilización, ése era un factor que había que dominar, encuadrar, controlar. Pero cambiaron los tiempos. El diablo ahora saltó.
El goce femenino tiene el poder de perturbar todas las categorías. Las culturas pueden pensarse como maneras de encajonar al goce femenino. Sin éxito. Se feminizan las profesiones. ¿Y por qué habría que resistirse a la feminización? Seguramente las mujeres sostendrán la práctica analítica en el siglo XXI. Lacan decía que las mejores analistas eran las mujeres. Y también las peores.

(*)Jacques Alain Miller, fragmentos de entrevista en Revista Ñ, Diario Clarín, mayo 2012

Contemplation , Thomas Benjamin Kennington

“NO CREO ENGAÑAR A MI MARIDO”


Por Jacques-Alain Miller *
Una joven tiene un amante. Lo explica en el análisis: “De hecho, yo no tengo la impresión de que engaño a mi marido. Lo que él no sabe, para él no existe. Sólo existe para mí”. Dicen que están los hechos, y Lenin agregaba que son tercos. Y bien, no es tan así. Sólo existen los hechos que son dichos. ¿Qué es un hecho que no se dice? Esta joven divide su vida entre dos mundos. En uno, el amante existe. Es un mundo que sólo ella conoce, con el amante y con el analista. Y es un mundo muy estrecho ya que las aventuras son breves y las sesiones de análisis son pocas y cortas. ¿Qué valor tiene este mundo al lado del otro, el de su vida cotidiana, con marido, hijos, padres, compañeros de trabajo? El mundo del amante, si apenas puede existir, existe en un paréntesis, es una balsa bogando en el océano de su vida.
Dirán: tiene mala fe, lo sabe y no quiere saberlo. Pero no. Lo importante no es lo que ella sabe o no. Lo que importa es que el otro, en cambio, no sabe. Porque lo que el otro no sabe, no existe. Para el marido, la familia, el discurso común, el amante es como si no existiera. El otro no es el Dios que examina su mente y su corazón, que lo ve todo, lo sabe todo. Es un otro perforado, con un hueco, un punto ciego. Y es ahí precisamente donde habita el deseo.
Hable usted de cualquier cosa y la hará existir. El problema atormenta a los filósofos desde siempre: el no ser no es, por supuesto, pero al nombrarlo, ¿no se le confiere un ser? Entonces, callar algo es hacerlo desaparecer. Un escritor, un artista, un político lo saben.
Es el principio de Madison Avenue, donde habitan los Mad Men en Nueva York: “La mala publicidad no existe”. Preste atención: cuando hablamos de un producto, bien o mal, lo hacemos existir.
Por lo tanto, el sujeto es sincero cuando miente. Separa los dos mundos y se divide a sí mismo según esté en uno o en otro. Sin embargo, sucede que un personaje del mundo común logra introducirse por efracción en su mundo íntimo. Es un horror. Intenta expulsar al intruso. El insiste. Se instala. Al poco tiempo, usted está obligado a volver al mundo común. Su ontología se desmorona. Lo que no existía es expuesto a todos. El no ser es, absolutamente. El hecho, pasado al dicho, será terco. La marca se quedará. Y su ser quedará atrapado allí.
* Miembro de la Ecole de la Cause Freudienne (ECF). Creador de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Artículo publicado en la revista Enlaces, Psicoanálisis y cultura, Nº 19.

Malcom Liepke

martes, 27 de octubre de 2015

VERBO ENVENENADO ELEONORA DE AQUITANIA, ALIENOR D´AQUITAINE


"...estaba cansado de escuchar su verbo envenenado...”
TORRES Y CRISTALES
Cuando Luis VII de Francia subió al trono, en 1137, sólo contaba 16 años, pero tenía a Suger como consejero (quien lo había sido de su padre). Casó con Leonor de Aquitania, de quince años, y aquel matrimonio fue providencial. Aquitania era la región más sudoccidental de Francia, la más cultivada, con un clima bonancible, la patria de los trovadores que cantaban el amor y la caballería.
Todo hubiera transcurrido felizmente si Luis VII no hubiera sido empujado a participar en las cruzadas por Bernardo de Claraval, pese a la abierta oposición de Suger, y si la reina Leonor no hubiera idealizado esas empresas. Ella había visto en esto, oportunidad de aventuras y de poner en práctica los ideales trovadorescos y caballerescos.
El emperador Conrado III también decidió ir a la cruzada, y en 1147 dos ejércitos, uno francés y el otro alemán, marcharon hacia Oriente por rutas separadas. Ésta, que era la segunda cruzada, iba encabezada por monarcas.
El ejército francés siguió la costa de Asia Menor, que todavía era bizantina, pero entre tanto a Luis VII le habia abandonado el afán de combatir. Visitó Jerusalén pero no tomó la menor iniciativa para reconquistar Edesa, y en 1150 regresó de la cruzada, habiendo sido un desastre, una farsa.
Su vida entró en una etapa desdichada y también su matrimonio.
Leonor se divorció de él. Lo menospreciaba a causa de su fracaso y Luis se alegró de su marcha, pues aunque ello significara la pérdida de Aquitania, ella sólo le había dado hijas mujeres y estaba cansado de escuchar su “verbo envenenado”.
A fin de causar a Luis todo el daño posible, Leonor casó en seguida con Enrique II de Inglaterra (Plantagenet). Así se constituyó el “imperio angevino” que estuvo formado por las tres quintas partes de Francia ( Aquitania y Anjou).
Leonor fue madre de varios hijos, dos de los cuales sobrevivieron a su padre. Pero Enrique tampoco toleraba la lengua envenenada de su esposa, y recurrió a una solución distinta del divorcio. La encerró en prisión de 1173 a 1185.
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=501260183367438&id=294422914051167



Eleonora nombrando caballero a Ricardo Corazón de León

Castillo en Inglaterra

Cristal de roca

martes, 13 de octubre de 2015

LO FEMENINO Y LO MASCULINO. LAS DEIDADES FEMENINAS


“…Palabras y sonidos, ¿no son acaso arcoiris y puentes ilusorios tendidos entre lo eternamente separado?” (F. Nietzsche; Así habló Zaratustra.)
“Seamos más cautelosos que Cartesio, quien quedó atrapado en la trampa de las palabras. Cogito es indudablemente sólo una palabra, pero significa algo múltiple…En aquel famoso cogito están: 1. se piensa, 2. creo que yo soy el que piensa, 3. pero aún suponiendo que este punto quedara en suspenso, como cosa de creencia, aquel primer “piensa” implica una creencia más: que “pensar” sea una actividad para la cual habría que imaginar un sujeto, por lo menos un “se” (es): ¡ y luego el ergo sum no significa nada ¡ Pero es creencia en la gramática que allí se pongan ya “cosas” y sus “actividades”, y estamos muy lejos de la certeza inmediata…”. (F.Nietzsche; Póstumo del año 1885.)
(FISURAS,  Infieles II,  nota aclaratoria de Héctor Mauas )



Lo femenino y lo masculino no se articulan, como sí lo hace el lenguaje, nos dice Héctor Mauas.
Buscar allí donde no necesariamente habrá alguna articulación posible, sólo genera confusión acerca de hombres-mujeres.
El discurso necesita imponer formas, y  prevalece tercamente sobre lo que “no es”.
Pero las articulaciones, propias del discurso y no de otras instancias de la vida, son significantes por estructura y no cubren las hiancias por completo; y acaso el goce femenino  ríe de los obstinados “teísmos” masculinos.

Lo femenino fue representado en los albores de la humanidad como Venus esteatopigias .
Luego en las primeras civilizaciones, Sumeria por caso, sociedad rigurosamente organizada que tenía un derecho familiar perfectamente fijado, y que otorgaba al pater familias el extraño poder, entre otros, de vender a sus propios hijos como esclavos, su posición respecto de la mujer era dominante. En la ley estaba previsto que si ella odiaba a su marido y le decía “Tú no eres mi marido”, se la arrojaría al río. En caso de que él dijera “Tú no eres mi esposa”, él debería pagar la mitad de una mina de plata.
Aún así, la mujer tenía derechos, estaba protegida contra la ingratitud de  los hijos, cosa que no sorprende en una comunidad entre cuyas divinidades se encontraban tantas  veneradas figuras femeninas.
En vida del marido ella podía anular la promesa de matrimonio del hijo. Era una sociedad en la que gozaba de considerable respeto. La que era hábil y apta para las funciones de culto podía adquirir una posición igual al hombre.
De esta época datan los primeros códigos de leyes de la humanidad, siendo el más famoso el de Hammurabi. Esto demuestra cuán compenetrada por las normas jurídicas estaba la vida cotidiana del antiguo Sumer y observamos que es una diosa, Nanshe, quien era garantía de justicia y orden social. Está asociada a la interpretación de sueños; ella enseñó esta habilidad a los sacerdotes babilonios, quienes lo aprendieron después de pasar por una prueba simbólica de muerte y resurrección. Protegía a los huérfanos, a las viudas y a los pobres.

En el antiguo Egipto se reconocía a la mujer como complemento del varón, y eran iguales ante la ley. La mujer gozaba de respeto que quedaba expresado  claramente tanto en la teología como en la moral, pero es bastante difícil determinar su grado de aplicación en la vida cotidiana de los egipcios.
La literatura egipcia no vacila en presentar la mujer como frívola, caprichosa y poco fiable.
Si pintores y escultores nos muestran a la mujer con una imagen serena en el entorno de una familia floreciente, los escritores no dudan en hacerla aparecer como el origen de distintas desgracias y la culpable de varios pecados.
Asombra, en este contexto, descubrir a mujeres en la función suprema de faraón. Utilizaban la religión como punto de referencia. Así se justificó el derecho al trono de los faraones: en tanto que eran ungidos de los dioses, tenían derecho divino al trono.
En la civilización egipcia, la “sangre real” era el factor de legitimidad divina, el criterio determinate para el acceso al trono: esa legitimidad la transmitían las mujeres.

En la isla de Creta, la mujer participaba a la par del hombre en las actividades  (música y la danza, interpretando instrumentos originales, como la cítara y la flauta, deporte, practicaron sobre todo atletismo y boxeo, y realizaron pruebas de acrobacia).
Aunque su influencia predominaba en el seno del hogar,  gozaba del privilegio poco común del ejercicio del sacerdocio. La sociedad tenía características típicamente matriarcales.

En Grecia clásica las representaciones de mujeres no tenían el mismo status que en Creta. Las representaciones son en general de diosas.
¿En qué refleja esto la realidad cotidiana? ¿Qué tienen que ver ellas con las mujeres descriptas?
¿Tiene que ver con la idea acerca de lo femenino?
Estaban asociadas al orígen de las  cosas. Pandora es la primera mujer.
Lo femenino es aquí lo múltiple, lo diverso, lo imposible de ser captado por lo universal. Hay admiración por lo femenino, y de alguna manera queda plasmado en el arte.
Estas representaciones míticas escenifican la vida social cotidiana y llevan a las mujeres anónimas a categorías de figuras míticas.
Luego, como siempre, queda todo librado a la imaginación.




























jueves, 25 de junio de 2015

FISURAS (Infieles II)

                              FISURAS  (Infieles II)
                                                                                             Nota de Héctor Mauas.



1) No pertenecer.
“…la fidelidad no es mi fuerte. Nada tiene que hacer donde está involucrado el pensamiento. Un error no se convierte en verdad por aducirse que la adhesión fue sincera y prolongada. Una adhesión sólo es plena y entera si, muy reciente o muy antigua, puede ser abandonada en cualquier momento; el compromiso a permanecer en el mismo sitio pase lo que pase, conlleva la promesa de la mentira.”
“…Por eso “me determiné” a no excluir jamás la posibilidad de descubrir, en algún  momento posterior, una fisura en el corazón de lo más absoluto…el pensamiento sólo es fiel a aquello que él aún no ha pensado.” (las comillas para destacar son nuestras).
                          Jean-Claude Milner; Introducción a “La arrogancia del presente”; 2009.


Desde hace cincuenta años, Jean-Claude Milner estudia. Ha explorado y practicado  disciplinas siempre diversas.
En el decurso del tiempo, esa tarea lo ha modificado.
Al respecto, preguntado, se definió como “savant serial”.

 Sin embargo, a esa variedad permanece ajena una constante presente en todo lo que emprendió.
“Me determiné…”, ha escrito. Aparecen manos en la escena, haciendo y dejando hacer.
En un intelectual, es extraño, violento incluso, encontrar deseo separado de los ideales, -un deseo no prometido a la fidelidad, un deseo que no permite que la vergüenza lo despoje de voluntad-.

Convocado a  pensar, el acero puesto en juego fue y sigue siendo acero que lo mantiene dividido.
¿Cuántos corazones, entonces? Nunca uno solo, ni absoluto, y todos rotos.

A cada quien, su acero.


2) Al abrigo de los dioses oscuros.
“Reír de lo sagrado es un modo de ponerse al abrigo de una tendencia al sacrificio en el altar de los Dioses Oscuros. Los ritos no absorben esa tendencia. Por el contrario, no hacen sino alimentarla.”.
                                                      Gil Caroz; “Reír de lo sagrado”; 14 de enero de 2015.

Gil Caroz logra ser impiadoso sin crueldad.
Postula que no hay Dios alguno sin su propia oscuridad. Los Dioses Unicos abundan, y todos y cada uno de los que hay proyectan una oscuridad que les es propia.
Son variadas tanto La Luz que se promete como la Oscuridad que la acompaña.

Cada quien debe vérselas con su propio peligro –el único que cuenta-, y, cada quien, debe hacerse su abrigo –del que no hay pret-a-porter-.


3) Amar la fisura.
El corazón, partido, no nos pertenece. De a pedazos se nos escapa. Nos es infiel. No es esto acaso la pasión?
La errancia que no es sin objeto no lleva a sitio alguno ni sirve para nada, excepto para  permanecer al abrigo de la tentación de quemar las naves.



Jarek Puczel, "Amantes"

Jeremy Lipking. óleo

Kent Williams, "Heather nudebody"

Zsolt-Bodoni

Kandinsky, "Paisaje"

Michael Woolf, foto

Joseph Lorusso, "No puedo esperar"

Kent Williams

Kent Williams

Zsolt Bodoni, "Prepesadilla"

viernes, 5 de junio de 2015

RELIGIÓN-EROTISMO-TERRORISMO

La verdadera filosofía libre de la hipocresía clerical filosófica es “la primera teología propuesta por un hombre al que la risa ilumina y que opta por no limitar aquello que no sabe lo que es límite”. (1)
“El verbo vivir no está tan bien visto, puesto que las expresiones vividor y darse la gran vida son peyorativas. Si uno quiere ser moral, más vale evitar todo lo que está vivo, porque escoger la vida en lugar de contentarse con permanecer con vida no es más que exceso y derroche”(…) ”La sociedad de la resignación engaña con el erotismo ( estafa porno, falsas orgías, ritos mundanos)...”
“El sentido del erotismo se le escapa a todo aquel que no ve su sentido religioso. Recíprocamente, el sentido de las religiones se le escapa a todo aquel que olvida el vínculo que presenta con el erotismo”. (…)
“Y, como debe ser, el fanatismo integrista responde mediante el asesinato y el terrorismo”. (2)
(1)Georges Bataille, “Madame Edwarda”, en Philippe Sollers, “Discurso Perfecto”, Gallimard, 2010
(2) en Philippe Sollers, “Discurso Perfecto”, Gallimard, 2010



Tiziano Vecelli, "Marte, Venus y Cupido"

Domenico Tintoretto, " Mujer que descubre el pecho"

Tiziano Vecelli,, "Mujer con un espejo"

viernes, 3 de abril de 2015

HOMBRES Y MUJERES III SOBREDOSIS.

Nota de Héctor Mauas
“…(el sexo) Lo democratizaron, es un hecho. Se lo pretende democratizar cada vez más, lo que sin duda significa eliminarlo en forma de sobredosis publicitaria o pornográfica.”. Ph.Sollers; “El sexo de la Ilustración”; en “Discurso perfecto”; 2010.

Una dosis de “lo sublime” agrega valor a la mercancía, y, además, oculta, o vela (palabra más elegante) la irreductible tosquedad de la materia, -vil, grosera-.
Cada época aporta su eslabón a la construcción en cadena de lo sublime, y cada época establece reglas para gozar del consumo de los bienes celestiales que produce.
La época actual es de variado catálogo.
Lo sublime de hoy es abierto, tolerante. La tolerancia es sublime.
Cuando los comensales se han hartado de lo ultraactual, siempre se puede recurrir a los clásicos, que no empachan.
Nunca es inactual la creencia en el Amor y en la Libertad, universales.
Esta creencia es la religión que nos hace iguales. Debe ser reafirmada, sutilizada, ampliada para todo viviente y en todo sitio.
La soberanía erótica ha sido impuesta, pero, en los tiempos de la plusvalía que derrotó a la esclavitud, es necesario presentarla como una conquista para mejor venderla. Es un bien.
Es un extraño bien al que no se puede renunciar.
La revolución crea y vende modernidad. Exige desprenderse de los atavismos.
En la concepción de Sartre, la modernidad, -Los Tiempos Modernos-, nos ubica como “…condenados a la libertad”.
Por lo tanto, somos convocados a elegir según los dictados de “nuestra” conciencia y sus ideales (democráticos, correctos), y no según las singularidades del gusto.
El gusto, el sabor, -siempre sospechoso, inmanejable, poco dado a las sutilezas-, resiste a la santa y sublime educación.
Amar ya no está prohibido. Hurra ! El totalitarismo según Lacan: lo que no está prohibido, es obligatorio.
Rápidamente se abren las puertas del ecuménico totalitarismo afectivo.
Philippe Sollers, reaccionario, rescata la frescura del Eros que respira en la clandestinidad.
“En un libro sobre las ventanas, busqué definir las condiciones de posibilidad de ese núcleo subjetivo que llaman lo íntimo.” Gerard Wacjman; “Gerard”; 2008.
Algo del gusto, libertino, persiste en cada quien.
Si habla, balbucea, habla trabado, habla con palabras enlazadas a los cuerpos.
Palabras atrevidas que en la penumbra rozan, apenas, con la punta de los dedos.
PIntura de Malcolm Liepke

Guillermo Roux, "Las palabras"