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martes, 7 de marzo de 2023

RETIRO Y PLAZA SAN MARTÍN, década del 60 ARTE, 2da parte

 El tema del huevo, como símbolo de la perfección divina, tuvo un papel importante a lo largo de la Historia del Arte, desde las pinturas renacentistas hasta las ilustraciones contemporáneas...


...en esos años de crisis y tensiones políticas en Argentina, debidos a la proscripción del peronismo, asistíamos también a la presencia del arte óptico y la abstracción geométrica... 


Nota de Noemí Pilar Molinero (formato video)

lunes, 6 de febrero de 2023

RETIRO Y PLAZA SAN MARTÍN, ARTE en década del 60

El realismo del arte pop consistía en una desmaterialización de la obra concreta que abría las posibilidades a un sin fin de expresiones donde el público participaba activamente...

Nota de Noemí Pilar Molinero (formato video)

martes, 3 de enero de 2023

BARRIO DE RETIRO EN DÉCADA 60

https://youtu.be/hqtag3s3ZLM 















 En el campo del arte, luego de la Segunda Guerra Mundial, hubo una explosión de libertad creativa, en la que se abrieron paso ideas de cambio y renovación, tanto en los EEUU y Europa como en Argentina y latinoamerica, o sea en el occidente capitalista.

 EEUU se consolidó como el país más poderoso de occidente, y se ocupó de la recuperación económica  de Europa a través del plan Marshall. Comenzo la guerra fría, entre los países capitalistas y rusia comunista, conflicto en el que, según Eric Hobsbawm, el historiador, la frontera entre la guerra y la paz quedó desdibujada. Y también comenzaron los treinta gloriosos años, décadas de crecimiento económico y pleno empleo en numerosos países del mundo. 



Sin embargo, en la década del sesenta empezó a haber movimientos juveniles en forma de protesta porque estaban disconformes con el modo de vida en las sociedades de consumo, y esto trajo aparejado un deseo de transformar la sociedad porque sentían que ese  modo de vivir, producir, de vivirse a sí mismo como individuo que consume, separado de los otros, o sea ese modo occidental, colonizador, patriarcal de encarar el mundo, no era bueno para todos, sólo para algunos. 

Ahora bien, las protestas, que variaron desde lo que fue París en el 68 hasta las manifestaciones en los EEUU contra la guerra de Vietnam, tuvieron un común denominador que fue la presencia de la juventud, la que hizo una revolución cultural en todos los sentidos, imponiendo sus propias pautas culturales. 



 AQUI en Argentina, asistíamos, desde fines de la década del 50, a que la idea de una rápida desaparición del 25 peronismo  había sido un diagnóstico errado. Con el tiempo la pervivencia de la identidad peronista se fue transformando en una certeza en la política nacional. 


 Los gobiernos civiles desde 1958 en adelante fueron débiles, existieron bajo la tutela de las  FFAA, las que finalmente volvieron en cuerpo y forma con Onganía en 1966. Ahí fue cuando se disolvió el congreso, se prohibieron los partidos políticos, se intervino la universidad  y se reprimió con severidad los reclamos sindicales, además de un férreo control sobre la prensa,  las actividades culturales y hasta la forma de vestir de los 26w jóvenes. Todo esto era una muestra real de una parte esencialmente tradicionalista de la sociedad en la que cualquier expresión de modernización fue percibida como  una amenaza.

No fue una experiencia aislada en Argentina, sino que también ocurrió en el resto de Latinoamérica en el marco de la guerra fría   en que los militares  de la región hicieron de todo disidente político, social o cultural, un potencial aliado del comunismo.


  En nuestro país las medidas económicas trajeron conflicto social, porque en el afán de favorecer a las  empresas extranjeras aquí establecidas, se congelaron salarios, se produjeron despidos masivos, con la contrapartida de la radicalización de ciertos grupos políticos y sociales. 


Los sectores juveniles, en particular los estudiantes universitarios y los obreros, alineados en posiciones combativas, fueron los protagonistas más destacados de una protesta social, que se expandió a partir del  Cordobazo. en 1969. Obreros y estudiantes juntos por primera vez y por otro lado un nuevo fenómeno encarnado en los grupos guerrilleros. 

Eran los años de la liberación nacional de los países del tercer mundo.  Eran los años posteriores a la revolución cubana, 

La revolución cubana suscitó polémicas intelectuales junto a intentos guerrilleros en el que los jóvenes intervinieron como sector cultural claramente identificado con una actitud proclive a un cambio social profundo: revolucionario     y también se manifestaron desde el rock contestatario hasta comportamientos afectivos y sexuales más abiertos. Eric Hobsbawm, el historiador, señaló que la cultura juvenil se convirtió en la matriz de una revolución cultural en el sentido más amplio. Una revolución en el comportamiento y las costumbres.   En Argentina, la movilización de estos jóvenes vino a sumarse al antiguo problema de la represión, a la falta de una democracia consolidada y a la proscripción del peronismo.

A pesar de sus diferencias, todos los movimientos tuvieron un rasgo común: la aparición de jóvenes escolarizados con profunda disconformidad hacia los modelos sociales de los países occidentales.

 Creció también la preocupación por el medio ambiente, producto de los extractivismos, pero en los 60s esta preocupación no formó parte de la agenda de los jóvenes latinoamericanos, sino de la de los europeos.


 Fue también la llegada de la cultura pop que se trataba de cualquier cosa imaginativa, carente de seriedad, rebelde, y básicamente divertida.


 En Buenos Aires, parte de esto ocurría en el barrio de Retiro y Plaza San Martín.

 El espíritu de la calle Florida en los años sesenta pareció quedar reflejado y resumido en esta frase de Mary Quant: Nosotros queríamos que la gente se detenga y mire, nosotros queríamos shockear a la gente. En su caso se trataba de atraer y seducir al público londinense.


 En 1958, los hermanos Guido y Torcuato Di Tella crearon la Fundación Di Tella y, a través de ella, el Instituto del mismo nombre, cuya misión era “promover el estudio y la investigación de alto nivel, en cuanto al desarrollo científico, cultural y artístico del país; sin perder de vista el contexto latinoamericano donde estaba ubicada la Argentina”.  Según la utopía dominante del momento, la ciencia debía convertirse en palanca de la economía, y hubo un largo debate acerca de cuáles debían ser las prioridades del desarrollo: o bien ciencias básicas o  bien tecnología aplicada. 



 Transcurría el décimo aniversario de la muerte de su padre, coleccionista de arte y empresario argentino forjador de un complejo industrial fabricante de heladeras, autos y otros productos para el hogar cuando crearon esta institución de investigación independiente, cuyos fondos necesarios vinieron de las fundaciones Rockefeller, Ford, Esso, Aceros Pacífico, Kaiser, Di Tella. La idea era que el desarrollo y el intercambio cultural contribuirían a facilitar el intercambio económico. El contexto económico favoreció el apoyo a la creatividad afirmativa y también a la crítica de arte. 

 Allí el nuevo Centro de Artes Visuales fue el gran espacio en la sede más importante, la de la "Manzana Loca", en Florida 963, que tenía varias salas de exposición y un auditorio para 244 espectadores en el que la dirección estaba a cargo de   Jorge Romero Brest, ex director del museo nacional de bellas artes. 


El edificio se inauguró con el Premio Internacional en agosto de 1963, que fue para 39 Rómulo Macció, y significó un respaldo al grupo de artistas neofigurativos. 

 Las vanguardias artísticas se concentraron aquí, combinando la experimentación con la provocación.  Convencidos de recrear en bsas un verdadero centro internacional del arte punto de referencia de otras corrientes emergentes y medianamente contestatarias, pero provocativas como el hippismo. Para evitar una cultura aislada, se promovieron becas en el extranjero.

Romero Brest, años más tarde, diría que “No era un museo, no era una asociación, ni siquiera un centro de arte. Era un club”. No puedo dejar de asociar esta frase a lo que diría jean Claude Milner sobre el mayo francés, décadas después, más exactamente en 2009...La belleza de París de Mayo no tenía nada que ver con la belleza de museo: era la belleza de una ciudad populosa, desbordante de actores y espectadores…era la belleza del movimiento que desplaza.  


Ese deseo por atraer y seducir al ecléctico público londinense pareció inspirar el espíritu de la calle Florida en los años sesenta.

 Los premios otorgados por el Di Tella fueron para Clorindo Testa, cuya pintura era, según romero Brest, embrional y con evidente rechazo del color…, con los que se movía en una especie de primer día de la creación” 

Hubo premios para  Gyula Kosice,  Luis Felipe Noé y  Marta Minujín hasta que en el 1966 comenzaron los problemas económicos…

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 Con la apertura del Centro de Experimentación Audiovisual en el 63, con dirección de Roberto Villanueva, comenzó el teatro y allí sorprendió Griselda Gambaro, con El Desatino, obra con claras influencias de las principales corrientes europeas de los años 50: el existencialismo,  el teatro de la crueldad y el teatro del absurdo.

La contracara de esto era el debate de aquellos que cuestionaban la falta de compromiso del di tella, y le contraponían el teatro realista de Roberto Cossa, por ej, cuyos temas tocaban la incertidumbre de las clases medias ante el peronismo. 

Por  este escenario pasaron las bailarinas  Marilú Marini y Ana Kamien, como también Norman Briski, Nacha Guevara y un grupo musical y  paródico denominado I Musicisti, a quienes luego se conocería como Les Luthiers.


 La primera etapa consistió en invitar a los jóvenes creadores que no tenían espacios, o lugar donde mostrarse, por lo que la selección era muy amplia, y las propuestas muy diversas.


La idea de generar un espacio anticonvencional conllevó mucha creatividad, de la que daremos cuenta en un próximo encuentro


martes, 25 de octubre de 2022

BARRIO DE RETIRO Y PLAZA SAN MARTÍN

Curioso que en un lugar tan alejado, con tan poca gente, haya hecho falta un lugar donde estar retirado…

Curioso también que en ese lugar se practicó ese deporte tan ingles que es el cricket, jugado por....






Video producido por Noemí Pilar Molinero

jueves, 13 de octubre de 2022

CÚPULAS DE BUENOS AIRES, barrios de la ciudad

 

Las cúpulas en la ciudad fueron protagonistas del progreso del país desde fines del siglo XIX a comienzos del XX. Por qué cúpulas? 


Música: In the mood (arreglado por Joe Garland y Andy Razaf basado en una melodía preexistente) interpretado por Federico Olschansky

Nota de Noemí Pilar Molinero (video)

martes, 15 de noviembre de 2016

BUENOS AIRES, TEATRO COLÓN

El nuevo Teatro Colón, inaugurado el 25 de mayo de 1908, no fue lugar demasiado frecuentado por nuestros novelistas. En Los desorbitados, de José María Cantilo, se asiste a una función con espectadores de albas pecheras almidonadas.
Antonio Pujía, "Mujer mariposa"

Modernamente en el Gran teatro, de Mujica Lainez, la acción transcurre en el mismo teatro,  durante una representación de Parsifal de Wagner. Mientras en la escena se persigue el rescate del Santo Graal, en los palcos y plateas tiene lugar otra representación, diversificada en géneros variados, desempeñada por hombres y mujeres movidos por la vanidad, el deseo, la ambición, el odio o la hipocresía, los eternos resortes de la dramaturgía universal.



En El amor brujo de Roberto Arlt, la pareja de Balden e Irene, sube por la calle Tucumán y ha caminado en silencio interrumpido de monosílabos, pues el lenguaje apenas si podía expresar los sentimientos confusos de sus almas torturadas, y han pasado por el Teatro Colón y el Palacio de los Tribunales… (*)
(puntualidad)
El segundo presidente radical de la república fue Don Marcelo T. de Alvear.
Se había casado con la famosa cantante lírica Regina Pacini y era nieto del intendente Torcuato de Alvear, quien confeccionara los decretos para vender el Teatro Colón de la Plaza Mayor y para construir su sede actual.
Era un entusiasta melómano y un asiduo concurrente al Teatro Colón.
Hasta el año 1926, el público del teatro no era demasiado puntual, lo cual disgustaba al Presidente, quien decidió corregir esta costumbre. Unos minutos antes de cada función se paraba y, a través de sus binoculares, seguía con la mirada al espectador despreocupado hasta que este se sentara. El público, extrañado, comenzó a seguir la mirada de Alvear, provocando la incomodidad y hasta la vergüenza del impuntual.
En poco tiempo, Alvear logró su objetivo: había instaurado en el Teatro Colón el respeto por los horarios, una saludable tradición que continúa hoy en día.



(*)Libro de referencia: Delfín Leocadio Garasa, “La otra Buenos Aires”,

martes, 8 de noviembre de 2016

BUENOS AIRES, BARRIO NORTE

Nuestra Señora del Pilar
foto de Gonnet, 1862

Al principio, el barrio norte de Buenos Aires estuvo conformado por sitios que no pertenecían a la ciudad. Había quintas y baldíos, sólo un convento de monjes recoletos, rama de la orden franciscana reformada por San Pedro de Alcántara, y luego un templo bajo la advocación de la Virgen del Pilar.
Durante bastante tiempo, desde el caserío urbano se veían perfilar a lo lejos, sobre las copas de los árboles, las torres del Pilar.




Se levantó un matadero que congregó a su alrededor una población de variada catadura, hacinada en ranchos, que se reunía en pulperías y reñideros, en los que algún hecho de sangre dejó su secuela de espanto.
En sus caminos acechaban toda clase de peligros, desde el lobisón, que aullaba en las noches de luna, a algún tigre que un camalote depositara en la costa; desde la Viuda o la luz mala a los bandidos que no vacilaban en matar de una puñalada o un trabucazo a quien se resistiera a entregarles el cinturón.
La calle Larga, ruta de acceso a los Recoletos, era recorrida por sujetos de avería.
Carlos Morel, "Camino largo de Barracas"(zona sur de la ciudad)

En las sucesivas etapas de este barrio, hubo la construcción de la plazoleta frente a la iglesia, en la que pronto tuvieron lugar ferias y romerías.
Durante las invasiones inglesas Liniers oró en el convento de los Recoletos, durante toda la noche, antes de abandonar la ciudad a la que volvería para reconquistarla del invasor.
Las campanas de la Recoleta tenían un tañido lúgubre.
Jorge Luis Borges expresó con delicadeza, sus meditaciones sobre la Recoleta, “lugar donde han de enterrarme”. Sabedor del ansia de perpetuidad de los hombres, espejada en los ostentosos panteones de mármol, alude a la solemne quietud de los senderos y la serenidad de sus tumbas.
“…Hermosa es la serenidad de las tumbas,
la conjunción del mármol y de la flor,
y las plazuelas con frescura de patio
y el aislamiento y la individuación eternales;
cada cual fue contemplador de su muerte,
única y personal como un recuerdo…”



Más adelante ese barrio se convirtió en aristocrático, y abundaron allí los jardines ingleses, grutas y lagos artificiales.
Allí se levantó el palacio estilo Luis XV de la familia Laris, creada por Manuel Galvez sobre modelos reales y convenciones propias, como tantos otros que aún existen sobre la avenida Alvear.





sábado, 5 de noviembre de 2016

BUENOS AIRES CENTENARIO

(segunda parte)

“…en su rostro, siempre demasiado cercano, están el judío, el negro y el indio; en su empaque, el mono y el tigre…” (Jorge Luis Borges, fragmento de “El Muerto”)
En los ingenios de azúcar, en los obrajes y en los yerbales del norte del país se había establecido un régimen de verdadera esclavitud, en el que además de bajos salarios se agregaba la explotación de los trabajadores mediante el crédito en las proveedurías establecidas por los mismos empresarios, y donde obligadamente debían comprar, sin otra posibilidad para ellos, pues les pagaban su trabajo con bonos.
Esto parecía ignorarse en la capital de la República, cuyo núcleo privilegiado, la oligarquía, mantenía viva su fe en la prosperidad milagrosa del país, donde suponían o decían hipócritamente no podía haber problemas sociales por la abundancia de recursos.
Este grupo estaba conformado por los intereses afines de los grandes ganaderos, agrupados en la Sociedad Rural, y del capital inglés: comercio de exportación e importación, ferrocarriles y administrativas y su influencia todopoderosa sobre los órganos de la opinión pública.
Los ferrocarriles habían logrado desde 1907 su estatuto con la ley que lleva el nombre de su autor, el ingeniero Emilio Mitre, hijo del general y heredero de sus principios. Esta ley había ratificado por 40 años la exención de impuestos, salvo un 3 por ciento que se aplicaría sobre utilidades cuya determinación quedaba de hecho librada a la buena fe de las empresas.
Hotel Chile
La incidencia de los ferrocarriles en la economía nacional era tal que para tener una idea cercana baste recordar que sus entradas llegaron a igualar y a veces sobrepasar las rentas del Estado nacional, y también que lo que extrajeron como dividendo anual compensó con frecuencia el monto de las cosechas. Su política de fletes, calculada a medida del interés inglés, tendía a sofocar toda tentativa industrial que pudiera chocar con el de los importadores británicos.
Con los dividendos de las inversiones extranjeras, los intereses y amortizaciones de una deuda externa en permanente crecimiento y las compras en el extranjero para suplir nuestra deficiencia industrial, el país sufría un drenaje permanente de su riqueza, que impedía toda capitalización posible.
Bijou
Todo esto se pagaba con el hambre y la sed del pueblo argentino, cuyo nivel de alimentación, no sólo en el interior, sino en la misma capital, estaba por debajo de las necesidades elementales. El país de la carne y el trigo llegó a tener los índices más altos de excepciones al servicio militar por desnutrición y anemia.
Lo que no había logrado la pacificación mitrista, o sea, el exterminio manu militari de la población nativa, se estaba consiguiendo de modo más sutil y lento.

Aldo Sessa, "Alpargata"


martes, 25 de octubre de 2016

BUENOS AIRES, CENTENARIO

(Primera parte)

“…olvidarás quién eres.
Olvidarás al otro que dejaste.
Olvidarás quién fuiste en las tierras
que te dieron sus tardes y sus mañanas
y a las que no darás tu nostalgia.
Olvidarás la lengua de tus padres y aprenderás la lengua del Paraíso…”
Jorge Luis Borges, “Israel 1969”


Hacia 1910 el país se sentía fuerte y seguro, con mucho optimismo progresista, y contaba con poco mas de 7 millones de habitantes, la tercera parte extranjeros, de las inmigraciones de las últimas décadas, preferentemente italianos, casi un millón y españoles ochocientos mil.  
El desarrollo económico correspondía al aumento de población y tenía sus manifestaciones más visibles en la construcción de obras públicas, que se acentuó bajo la presidencia de Saénz Peña, a partir del palacio del Congreso, inaugurado en 1906.
Joya Art Nouveau


Sobre la Argentina real se fue levantando una Argentina convencional que pronunciaba frases como “América para la Humanidad”, o “dos maestros por cada soldado” y que se ofrecía como un paraíso progresista y laico a todos los hombres del mundo que quisieran habitarla.
Galería Güemes
La generación intelectual del Centenario, sucesora de la del 80, aceptó esa herencia sin beneficio de inventario, porque también era europeísta y civilizadora y traía propósitos de renovación social.
Desde el 80 hasta 30 años después ocurrieron otros fenómenos que contribuyeron en gran parte a la transformación del país. Ya comenzaban a actuar en la vida pública las generaciones de hijos de los inmigrantes llegados en masa, desde poco antes del 60. Con la extensión de los cultivos agrícolas y la adopción general del alambrado, se habían modificado las modalidades del trabajo rural.  El antiguo peón criollo, iba siendo paulatinamente reemplazado por el inmigrante, más adaptado a las nuevas modalidades económicas.  La inmigración golondrina se había generalizado en esa época, y sólo una parte se incorporaba a la vida argentina, con ánimo de permanecer.
Los Lirios
En 1910, no sólo la mayoría de las chacras sino la casi totalidad del pequeño comercio, estaban en manos de extranjeros, principalmente italianos y españoles. El gran comercio y las incipientes industrias, en manos de ingleses franceses y alemanes.

Apareció un sentimiento de xenofobia larvada en los dueños de la situación, herederos de quienes habían hecho la doctrina de la entrega al extranjero. Empezaban a sentir contra el inmigrante el mismo temor que los había llevado a proclamar el exterminio del criollo. Muchos justificaron la prolongación del fraude comicial fundándose en la preocupación que les causaba la perspectiva de que el gobierno cayera en manos de los inmigrantes y sus hijos.
Los Pavos


La realidad que vivían los inmigrantes y sus hijos, en aquellos días no condecía con el optimismo reinante acerca del futuro argentino. La gran mayoría de estos debía pasar a engrosar la masa del proletariado urbano y rural, con bajos salarios y frecuente desocupación.
El campo les estaba vedado a los que llegaban, por el acaparamiento de la tierra en grandes latifundios ganaderos, donde sólo se los admitía en calidad de peones a precio de hambre.  La colonización agrícola había sido, en general, un fracaso.  Los colonos se arruinaban con frecuencia por el bajo precio de sus productos y debían vender la tierra, si la tenían. En 1910 sólo una tercera parte de los chacareros  eran propietarios, el resto arrendatarios a precios altísimos que les insumían la mayor parte de las ganacias.
no era mejor la situación del trabajador urbano.
El país de la abundancia, de que se hacían lenguas los dueños de la situación, donde sólo bastaba extender la mano para hallar sustento, conoció la vergüenza del trabajo de las mujeres y los niños menores con salarios inferiores a un peso, cuando el pan costaba 0,30 el kilo. Se multiplicaron los conventillos, en donde había  hacinamiento.
Dadas estas situaciones extremas y el bajo nivel del los salarios, las luchas sociales adquirieron importante virulencia, mientras las clases dominantes se preparaban para festejar el Centenario.

https://www.facebook.com/noepilarmolinero/posts/649440891882699

jueves, 13 de octubre de 2016

BUENOS AIRES, CONTRABANDO

Peligrosa

“…lo mismo que los hombres de otras naciones veneran y presienten el mar, así nosotros (también el hombre que entreteje estos símbolos) ansiamos la llanura inagotable que resuena bajo los cascos…”
(Jorge Luis Borges, fragmento de “El Muerto”)

Las colonias sufrieron una detención en su crecimiento, especialmente en el Río de la Plata, debido a que, hacia el primer tercio del siglo XVII, el trono de España fue ocupado por Felipe IV, quien abandonó la conducción del gobierno en manos del conde-duque de Olivares.
Este condujo a España al desastre económico, insumiendo cantidades enormes de dinero, y provocando una rebelión general en Cataluña, en Aragón y en Andalucía. Además Portugal se independizó de la corona española y Richelieu se irguió como figura de una Francia dominante, en tanto que en la supremacía marítima le cedió el lugar a Inglaterra y Holanda. Esta última dió el golpe de gracia a la flota española derrotándola dos veces consecutivas, en las Dunas y en Itamarca.

La menos interesante de las posesiones ultramarinas era la del Río de la Plata. Su débil poblacion se hallaba a la defensiva en todas sus fronteras, cercadas por los nativos y el invasor portugués, cuyos ataques se hicieron más frecuentes después de la independencia de Portugal.

Los corsarios ingleses y holandeses, adueñados del mar, estaban al acecho de las flotas españolas y de sus tesoros indianos. Por lo tanto, los españoles tomaron medidas estrictas de control, siendo así que había dos puertos entre los cuales circulaban las mercaderías: Cádiz y Portobelo.
Primer grabado de Cádiz, siglo XVII

Portobelo
A Buenos Aires llegaba todo por tierra, desde el norte, y sus habitantes debían pagarlas con el producto de sus arreos de ganado, pues no había mercado en el norte para los cueros y las grasas. Esto traía mucha miseria en este puerto, por lo tanto la Casa de Contratación permitió que al menos dos veces por año, saliesen “navíos de registro” que viajaban eludiendo los ataques corsarios.

Buenos Aires tenía todo lo que se necesitaba para que las autoridades españolas decidieran su cierre como puerto: se hallaba muy a trasmano de la metrópoli, muy próxima a las colonias de Brasil, y eso provocaba que fuera peligrosa como una herida abierta.
Primera vista de la ciudad de Buenos Aires
Este impedimento de proveer por sí misma al intercambio necesario, hizo imposible también que se mantuviera una rigurosa vigilancia sobre los funcionarios administrativos, tentados de lucrar con el contrabando, y este mal subsistió como una dolencia endémica durante toda la época colonial.
Prilidiano Pueyrredon, "Un alto en el camino"

 Arreo/rodeo

Carrera de Indias

Eduardo Sivori, "Bañado"

Eduardo Sívori

Leonie Mathis, "La plaza mayor el 25 de mayo de 1810"





Enviaron funcionarios con antecedentes que los cubrían de todas sospecha, y sin embargo una vez desembarcados aquí, en medio de salvas del cañoncito asmático del Fuerte cargado con la pólvora escasa de las grandes solemnidades, terminadas las zalemas del Obispo y los regidores del Cabildo, y antes de echar la primera mirada sobre la polvorienta plaza mayor, debían enfrentarse con los insinuantes españoles y portugueses de “este comercio”, que habían concurrido en masa a rendirle homenaje, sabiendo de antemano sus antecedentes y habiendo estudiado el modo de “tocarlo”.
Emeric Essex Vidal, "Vista del Fuerte de Buenos Aires", 1816













A muy poco de llegar, sabría el funcionario en cuestión a qué debía atenerse, y debería optar entre la impopularidad o la popularidad, entre la penuria o la prosperidad, entre una vida rodeada de hostilidad o rodeada de caras amigas, de parte de sus vecinos, funcionarios y hasta del clero secular y regular.
El desarrollo de Buenos Aires se debió al contrabando, y esto le confirió al lugar cierto aspecto de fatalidad. Prosperó debido a la violación sistemática de la ley. El espíritu mercantil se sobrepuso a acatamiento a ciertos valores tradicionales. La ciudad comercial despertó la codicia y la aventura y volvió sus ojos hacia Europa, de espaldas a la tierra que la nutría.