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viernes, 22 de enero de 2021

TIEMPO Y LIBERTAD*

Descanso significó libertad.

Saturno en la antigua tradición astrológica y metafísica, simbolizó al tiempo. Al ser el dios del tiempo fue por lo tanto el dios de la muerte. Si el hombre fuera como dios, no estaría sometido al tiempo ni a la muerte, pero si fuera como los animales, con un cuerpo sometido a las leyes de la naturaleza, sería esclavo del tiempo y de la muerte. 


Miguel Angel, Figura de Jeremías,Capilla Sixtina.1511 -  Melancolía de Saturno

En la mitología griega Saturno fue el hijo menor de Urano (Ceus , Caelo o Cielo) y de Tellus (Cibeles o Tierra). DeTitán, su hermano mayor, obtuvo el favor de reinar en su lugar pero con la condición de no criar hijos.  Se casó con Ops (Rea) y tuvo varios hijos a quienes decidió devorar a raíz del pacto con su hermano. 

Ops ocultó a Júpiter, a Neptuno y a Plutón, y los hizo criar en secreto mostrando sólo a su hija Juno.

Cuando Titán descubrió el engaño, encarceló a Saturno junto a su esposa.  Una vez adulto, Júpiter hizo la guerra a su tío Titán logrando derrotarlo y devolver el imperio del cielo a su padre Saturno, el tiempo. Este trató de matar a su hijo quién, en cambio, lo venció y se apoderó del imperio del cielo. Saturno quedó reducido a la condición de simple mortal, yendo a refugiarse al Lacio, donde puso orden entre los hombres y les dio leyes. 


Mucho antes que los griegos desarrollaran su panteón de dioses, los babilonios dedicaron un día de duelo, penitencia y mortificaciones a Saturno para aplacar sus iras, esto era conocido como el Shapatu, día sombrío. Pero un poco más adelante, en el Antiguo Testamento la  festividad fue cambiando de carácter.  Ya no tuvo carácter de duelo y mortificación, y pasó a ser un día de júbilo y placer, destinado al bienestar de los hombres. Se lo conoció como el Sabat. 

Comer, beber, cantar , practicar el sexo, estudio de escrituras fue lo que caracterizó la celebración judía del sábado en los últimos dos mil años.  Se convirtió en una jornada de gozo y libertad. 

 

                                               Ivan Akimov, Saturno 

                              

Los babilonios trataron de apaciguar al dios del tiempo, la biblia trató de resolver el problema de un modo nuevo, suspendiendo durante un día la injerencia en la naturaleza y de esa manera eliminando el tiempo.

No habiendo cambios, ni trabajo, ni injerencia humana, no habría tiempo. Hubo entonces un estado de completa armonía entre el hombre y la naturaleza y entre el hombre y el hombre, porque al no trabajar el hombre se encontró libre de las cadenas de la naturaleza y de las cadenas del tiempo, aunque un solo día por semana. 

En el relato bíblico Adán vivió en perfecta armonía con la naturaleza antes de su primer  acto de desobediencia, pero ese acto fue el primero de la libertad humana, en el que aprendió a conocer el bien y el mal, advirtió su presencia y la de sus compañeros, iguales y únicos, unidos por lazos de amor y sin embargo solos.

Quedando suspendido el tiempo, Sabat simbolizó la victoria del hombre sobre el tiempo. 

 

                                                   Pedro Pablo Rubens, Saturno

Saturno, el tiempo que todo lo destruye y acaba, fue destronado en su propio día, el día de Saturno. 

Descanso significó libertad.


*Texto de referencia: Erich Fromm, “El lenguaje olvidado”, Talleres Gráficos Didot, Buenos Aires, 1957


lunes, 14 de diciembre de 2020

PESTE NEGRA / ARMA BACTERIOLÓGICA

 "Jani Beg ordenó colocar cuerpos de soldados fallecidos para lanzarlos sobre las almenas al interior de Caffa..."

                                                                   Jani Beg

La ciudad de Caffa ha quedado históricamente vinculada a la Peste Negra porque parece ser que allí se empleó por primera vez la enfermedad como arma, durante el asedio que sufrió por parte de los mongoles en 1346.

Caffa, una ciudad hoy conocida como Feodosia, estaba situada en la península de Crimea, lugar fundado como emporio comercial en el siglo VI a.C. por griegos de Mileto.

Feodosia deviene de Teodosia, que significa algo así como regalo divino.

Su ubicación geográfica jugó tanto a su favor en lo económico como en su contra en lo estratégico, cambiando constantemente de manos ya que pónticos, romanos, sármatas, tauros, hunos, jázaros, cumanos y mongoles la ocuparon sucesivamente a través de los siglos.

                                        Mapa de las colonias en el Mar Negro, Teodosia/Caffa


Curiosamente, en el siglo XIII era una lengua italiana la que se oía por esas latitudes debido a que tras unas décadas de dominio veneciano, un grupo de comerciantes de la pujante República de Génova compró el derecho a establecer allí un consulado al khan de la Horda de Oro (el gran khanato formado en el siglo anterior a partir de las conquistas de Batú Khan, el nieto de Gengis Khan).

                                           Mapa medieval del Mar Negro por Diogo Homem

Los gobernantes de Bizancio aprovechando en beneficio propio el antagonismo existente entre las dos repúblicas habían otorgado la supremacía a Génova. El estar afincados en Feodosia en la ribera del Don constituía una buena base para comerciar con el centro de Rusia. Firmado el acuerdo en el año 1266, el nombre de la urbe se italianizó pasando a ser Caffa, y a continuación se convirtió en uno de los puertos más importantes de la región, monopolizando su comercio y acogiendo uno de los mayores mercados de esclavos de Europa. La mayoría de los habitantes de Caffa eran cristianos genoveses y en sus muelles fondeaban doscientos barcos, tanto buques de guerra como mercantes, pequeños y grandes.

Caffa  en 1346,  sufrió un dramático asedio a manos de los mongoles, esta vez con un aliado interesado en desplazar a los genoveses: los venecianos

(A fines del siglo XIII, la pérdida de todas las posesiones cristianas en Siria, había implicado un grave quebranto para Venecia. Por otra parte, los genoveses instalados en el Bósforo, comerciaban activamente en el ámbito del mar Negro y en Crimea había colonias genovesas junto a las venecianas).

Ante el grave peligro que amenazaba su supremacía mercantil, Venecia declaró la guerra a Génova dirimida en parte en aguas bizantinas.

                                                                    Venecia

La colonia genovesa se refugió tras los muros de Constantinopla, y el emperador, Andrónico II apoyó activamente a los regugiados.   La flota veneciana desvastó las orillas del Bosforo e incendió el arrabal de Gálata, donde moraban los genoveses. Los venecianos que habitaban la capital fueron pasados a cuchillo.  Luego los genoveses obtuvieron permiso para rodear Gálata de un foso y de un muro, y muy pronto el barrio se ornó con numerosas construcciones públicas y privadas.  Gálata vino a ser un estado genovés dentro del estado bizantino. Con ello la republica de Liguria, además de su importancia comercial, adquirió un notable ascendiente político en el imperio bizantino.

                                                                 Génova

La carencia de una flota por parte de los gobernantes dio gran facilidad a los genoveses para monopolizar el comercio de importación del mar Negro y de los estrechos.  Según datos de la época, las rentas de las aduanas de Gálata subían anualmente a doscientas mil piezas de oro, mientras Bizancio apenas recibía treinta mil.  

Los proyectos encaminados a la construcción de una flota para liberar al imperio de los genoveses fracasaron y estos acrecentaron su influencia anexionando las alturas inmediatas a su barrio de Gálata.  Este incremento de la influencia genovesa repercutió en Venecia, que consideraba a Génova como su más temible rival en oriente.  Los intereses de ambas repúblicas chocaban particularmente en los mares Negro y de Azov.

Fue entonces cuando la Peste Negra jugó un papel protagonista.

                                           Peter Brueghel, El triunfo de la Muerte

En el siglo XIV había una palabra cuya pronunciación provocaba terror: la peste. Aunque no se trató de una pandemia exclusiva de ese tiempo, pues está acreditada ya desde la Antigüedad, fue entonces cuando alcanzó una dimensión especial por los terribles efectos demográficos que causaron sucesivas oleadas en la población europea y su catastrófica repercusión en la economía.

La Peste Negra, nombre que se dio a la peste bubónica debido al tono azulado o negruzco que adquirían zonas de la piel a causa de los trombos que originaba la coagulación intravascular, es una enfermedad infectocontagiosa provocada por Yersinia pestis.

La primera identificación documentada fue en el siglo VI d.C. en lo que los contemporáneos bautizaron como Plaga de Justiniano (porque el emperador enfermó, si bien logró sobrevivir), que asoló los puertos mediterráneos hasta remitir misteriosamente hacia el año 750. El primer brote se localizó en Pelusium(Egipto) y las descripciones de Procopio de Cesarea sobre sus síntomas indican que, efectivamente, se trataba de peste bubónica.

Sin embargo, la pandemia más famosa de Peste Negra llegó en el siglo XIV y su puerta de entrada a Europa fue precisamente el sitio de Caffa. Durante un tiempo en que los genoveses estuvieron ausentes, la República Serenísima de Venecia no perdió el tiempo en entrar en negociación con el nuevo khan de la Horda de Oro, Jani Beg, para ocupar su lugar y nada mejor que una guerra para aunar voluntades en una empresa común.

Jani Beg alcanzó un acuerdo con Venecia bien entrada ya la década de los cuarenta  y, consecuentemente, los mongoles empezaron a presionar a los genoveses hasta que en 1346 pasaron a hostilizarlos de forma abierta. La mayoría de la gente buscó refugio en Caffa. Un primer intento de tomarla fue neutralizado en 1343 al recibir refuerzos desde Italia pero Jani Beg reorganizó sus fuerzas, amplió los efectivos y volvió a presentarse ante las murallas en 1345.

                                                                    Mongoles

De nuevo fue cercada, pues, y de nuevo resistió denodadamente al enemigo. Tanto que el sitio se prolongó y, como suele ocurrir en tales casos, en los que el sitiador sufre más penalidades que el sitiado, los mongoles sufrieron privaciones y enfermedades que diezmaron sus filas evidenciando que cada vez sería más difícil tomar la ciudad; había que rendirla y no a mucho tardar o habría que levantar el asedio y marcharse. Y el khan supo aprovechar las circunstancias y reorientar la adversidad hacia los otros.

El mal que estaba acabando con sus hombres era precisamente la Peste Negra, que estaba dejando clara evidencia de su letalidad y su capacidad de contagio tras llegar procedente de oriente. Así que, en una mezcla de imaginación y genio, Jani Beg ordenó colocar cuerpos de soldados fallecidos para lanzarlos sobre los almenas al interior de Caffa.

Caffa cayó en 1347 y los que pudieron sobrevivir a los mongoles se embarcaron para escapar por mar hacia Génova, extendiendo la epidemia por todos los puertos donde hicieron escala y de éstos a otros: Grecia, Egipto, los Balcanes, etc.

                                                          Fortaleza genovesa en Caffa

Parte de aquella flota macabra arribó a Constantinopla con las cubiertas atestadas de muertos y moribundos (algunos quedaron en alta mar con todos sus viajeros fallecidos), algo irónico si se tiene en cuenta que allí había tenido lugar la mencionada Plaga de Justiniano ochocientos años antes. Otra parte continuó viaje por el Mediterráneo y alcanzó Mesina, en Sicilia, aunque las autoridades locales prohibieron desembarcar a sus ocupantes humanos pero las ratas de a bordo se las arreglaron para bajar a tierra e infestar la urbe.

Desde la isla, la Peste Negra se fue extendiendo por Marsella y la península italiana (Génova, Venecia…). La guerra que libraron Hungría y Nápoles ese mismo año ayudo a transmitir la enfermedad porque ante las numerosas bajas que causó ésta se hizo necesario interrumpir las hostilidades y soldados húngaros regresaron a su país infectados; hasta la reina moriría. La marcha implacable de la Peste Negra fue asolando Francia, España, Inglaterra, Escandinavia y, en suma, casi toda Europa, llegando al extremo noroccidental de Rusia y dejando una sangría demográfica de unos veinticinco millones de muertos, un sesenta por ciento de los afectados.

La pandemia remitió por fin unos años después, hacia 1353, aunque hasta el siglo XVIII siguió habiendo brotes esporádicos, algunos de gran mortalidad, especialmente en localidades portuarias. No obstante, Caffa consiguió salir adelante y, con el tiempo, recuperar su prosperidad, la intensa actividad de su puerto y la importancia de su mercado esclavista. La peste negra iniciada en 1348 había aplazado la guerra entre las dos repúblicas hasta la conferencia de Turín en 1381 en que se fijaron las condiciones de paz, y Génova renunciaba así a cerrar el paso a los venecianos en el mar Negro y el acceso de Tanais.

Se  considera improbable que la difusión de la Peste Negra partiera de aquel único punto de Crimea: puesto que tardó más de un año en llegar a Europa occidental y que otros puertos de la península habían caído en poder del khan, lo más seguro es que hubiera varios focos, unos por vía marítima y otros por la terrestre que suponían las caravanas. De hecho, Asia Menor también sufrió estragos y, junto con África, dobló en víctimas a Europa.

Por otra parte los cuerpos de perecidos por peste bubónica no son contagiosos per se, así que probablemente los habitantes de Caffa fueron infectados por pulgas que habría en las ropas de los cadáveres lanzados o las que introdujeran las ratas que pululaban por el campamento mongol, que a buen seguro hallaron la forma de entrar en la ciudad.

Considerando cierta la historia de las catapultas narrada por Gabriel De Mussis -algo muy cuestionado-, podría aceptarse que se trató del primer arma bacteriológica propiamente dicha y documentada en la Historia.

viernes, 4 de diciembre de 2020

PESTE, VACUNA , INMUNIDAD Y CARTAS ORIENTALES

A principios del siglo XVIII la peste negra de mediados del siglo XIV todavía castigaba, pero sólo por breves períodos y en lugares aislados, pues nunca más volvió a representar el peligro universal que había sido aquella vez, tal vez porque los seres humanos habían ido adquiriendo inmunidad. 

En cambio en el siglo XVIII la viruela iba en aumento y el gran miedo que inspiraba no se debía meramente a que con frecuencia mataba, porque en caso de no hacerlo desfiguraba. Las  grandes marcas que dejaba convertían los rostros en máscaras de fealdad,  por eso a comienzos  de ese siglo la viruela era la enfermedad más temida.

Se sabía que si uno conseguía sobrevivir a la viruela quedaba a salvo de un segundo ataque y que un paciente podía contraerla sólo una vez.

Como algunos casos de viruela no sólo no desfiguraban sino que  garantizaban inmunidad, se pensó que era preferible tener un caso benigno que ninguno en absoluto.

Y era de pensar que si uno se acercaba a una persona aquejada de caso benigno se podía contagiar el mismo tipo y así quedar inmunizado.





En 1713 la poetisa inglesa Lady Mary Wortley Montagu (Mary Pierrepoint - nombre de soltera – vivió entre 1689 y1762), acompañó en viaje a su  marido  Wortley Montagu quien en 1716  fue nombrado embajador ante la Sublime Puerta  ( Imperio Turco).  



En el viaje tuvieron oportunidad de pasar por Viena y Adrianópolis antes de llegar a la propia Constantinopla. La embajada fue breve, y fue llamado de vuelta en 1717, pero el matrimonio permaneció en aquella ciudad hasta 1718. La historia de este viaje y sus observaciones de la vida en Oriente se cuentan en las Cartas de la Embajada Turca (Turkish Embassy Letters), una serie de cartas vivaces y llenas de descripciones gráficas; se suelen considerar como inspiración de las siguientes viajeras/escritoras y también de buena parte de la producción artística que se engloba en el concepto de orientalismo.






Del Imperio otomano, Lady Mary (que aunque sobrevivió, la enfermedad le hizo perder sus largas pestañas y le dejó el rostro lleno de marcas,  en su propia piel mostraba las cicatrices de la viruela, y había visto morir a su hermano por ella) trajo a su vuelta a Inglaterra la práctica de la  variolización como profilaxis contra la enfermedad. En Estambul se enteró de una práctica antiquísima para prevenir la viruela que realizaban las mujeres turcas. Consistía en introducir una pequeña cantidad de un exudado de viruela de un enfermo, en una escisión que se hacía en la piel de la persona sana que se quería inmunizar. Trajo noticias a su país de que en Turquía inoculaban a  las personas, pus de las pústulas de quienes habían contraído formas benignas de viruela y de esa manera se aseguraban de que el sujeto inoculado se contagiaría. El único inconveniente era que no siempre cabía la seguridad de que un caso benigno en una persona no se convirtiera en uno grave en la persona inoculada, hasta el punto de causarle la muerte. 



Lady Mary hizo inocular a sus propios hijos, y se enfrentó a los poderosos prejuicios que había contra tal práctica; de modo que fue precursora de la vacunación, que de modo científico pondría en marcha en 1796 Edward Jenner.




domingo, 22 de noviembre de 2020

LOS SABORES DEL TIEMPO en el SIGLO XXI

 

Todo ha de ser rápido y fluido en el siglo XXI. Hacer esperar ha sido la prerrogativa constante de todo poder, pasatiempo milenario de la humanidad 






Nota de Noemí Pilar Molinero

Sonido:J.  Brahms.  Sexteto para cuerda en Si Bemol Mayor,  Op. 18.