domingo, 18 de septiembre de 2016

VELAR LA NADA

La moral del matrimonio


Miguel Angel, detalle de fresco en Capilla Sixtina de momento del pecado original


En la  Biblia, en el hecho del pecado original, se asiste al nacimiento de la hoja de vid, que trae aparejado el develamiento de la mirada, el develamiento de la desnudez, y la vestidura de la desnudez.
Porque velar, especialmente cubrir a las mujeres, es una preocupación constante y universal, de la humanidad.
Así nace el semblante y la paradoja del semblante es que parece cumplir la función de velar la nada.
Freud añadirá a la paradoja del semblante la del pudor, que ciertamente vela la ausencia, pero al mismo tiempo instituye esta ausencia como algo, instituyendo así el acto de velar como una creación, como el surgimiento de algo.
Jacques-Louis David, "Veneciana haciendo su toilette"


Giovanni Bellini, "Mujer con espejo"


Da Vinci, "Leda y el cisne"


El prestigio del velo es que atrae la mirada.  El velo hace ex - sistir lo que se hallaba detrás de él, pero que no se halla detrás de él sino porque él mismo, el velo está delante.
 (…)
El velo (…), es una invención que, por su localización, atrae la mirada...(*)

La historia del develamiento es independiente de una historia del desnudo, esto ya lo había presentido Daniel Arasse cuando delineó un tipo pictórico particular: el desnudo femenino acostado. Este es un género antiguo en pintura, pero el desnudo acostado surge en el Renacimiento.
Giorgione, "La venus durmiente"

Tiziano, "Venus de Urbino"


En época del Renacimiento, una mujer recostada, joven y recién casada, observará el cofre, destinado a la dote que acompañó  su entrega en el momento del casamiento. El marido se ha ocupado de encargarlo a un artista para que ella deposite allí una parte de su dote, siendo el destino de este, ser parte de la decoración de la cámara nupcial.
Cofre de la dote, en el Palacio Vecchio
Había allí escenas mitológicas, caballerescas o bíblicas.
Solía ocurrir que la joven esposa aprendía allí, primero sobre las artimañas de Marte y Vulcano que sobre las mártires mujeres cristianas devenidas en santas en el Nuevo Testamento.

Savonarola denunció que estas pinturas habían tenido un efecto contrario al buscado, que sería el de recordar a los casados la moral del matrimonio, y por lo tanto estos cofres terminarán siendo quemados al fuego vivo en las plazas públicas.

Edgar Degas, "Desnudo"

Amedeo Modigliani, "Desnudo recostado"

Jacques Louis David, "Safo" 


Texto de referencia. Gerard Wajcman, “El Ojo Absoluto”
(*) Jacques-Alain Miller, en la Revista de la Causa Freudiana, Número 36

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