lunes, 20 de junio de 2016

OCCIDENTE: LA PERMANENTE BÚSQUEDA DEL EQUILIBRIO

Sin convivencia organizada, no hay supervivencia garantizada

En la época arcaica, los griegos, luego de la destrucción de los reinos micénicos por las invasiones dorias (1100 a.C.) vivieron en oikos, bajo una forma precaria de organización política en la que el jefe era el Basileus.
Los oikos eran comunidades autárquicas que comenzaron a cruzarse a través de lazos comerciales primero, y sociales después, originando la conformación de las polis.
Surgieron así los valores de la sociedad aristocrática, ya que luego de las invasiones dorias no hubo más reyes.
Se empezó a discutir acerca de qué forma de gobierno darse. Cómo hacer para que coexistieran las distintas fuerzas opuestas y hubiera equilibrio entre ellas.

Era la época de los Siete Sabios: Tales, Anaximandro, Heráclito, Parménides hasta Sócrates. Es el primer conocimiento filosófico que encontramos en la tierra de Grecia. La consagración de los Siete Sabios pertenece a una línea distinta en el cuadro helénico.
Otros pueblos tuvieron santos, los griegos tuvieron sabios.

La palabra griega que sirve para designar al sabio pertenece etimológicamente a “sapio” (yo saboreo) y “sapiens” (el que saborea), de allí “sisyphos” (el hombre que tiene el gusto más delicado). Por consiguiente, para la conciencia del pueblo griego, lo que constituye propiamente el arte del filósofo es un gusto refinado y una penetrante facultad de conocer.

El resultado de esta discusión acerca de dónde ubicar al poder dio como fruto el nacimiento de la primera democracia en el mundo, en la ciudad de Atenas, en el siglo V a.C.

Dos mil cien años después, en el siglo XVII de nuestra era, en el centro de Europa y, luego de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que la desbastó desde todo punto de vista, , bajo el nombre de Tratado de Westfalia se conoció a los que fueron al menos tres acuerdos que afirmaban principios que servirían para la futura convivencia.
La paz de Westfalia impuso un mundo hobbesiano. Era necesario lograr un nuevo equilibrio de poder, en un escenario en que ningún soberano mundial podría hacerlo y en el que cada Estado tendría que defender su interés nacional por encima de todos en un mundo donde el poder era el factor supremo.
En su Leviatán, publicado en 1651, tres años después de la paz firmada, Thomas Hobbes aportó la teoría sobre la igualdad soberana. Para ello había imaginado un “estado de naturaleza” en el pasado, donde la ausencia de autoridad suscitó una “guerra de todos contra todos”, y para escapar a semejante inseguridad intolerable, teorizó que la gente entregaría sus derechos a un poder soberano a cambio de que el soberano proporcionara seguridad para todos dentro de las fronteras del Estado. El monopolio del poder por el Estado soberano fue la única manera de superar el miedo perpetuo a la muerte violenta y la guerra.

Igual que en Atenas del siglo V a.C., se buscaba el equilibrio entre los distintos intereses religiosos, políticos y por supuesto económicos, para facilitar la convivencia.

¿Podríamos decir que esto es de lo que se trata cuando de cultura occidental se habla?



Tazón de terracota, siglo VII a. C., Grecia


 Bronce,  hombre, siglo II a. C., Grecia
Terracotta de Nike, victoria, s V a.C., Grecia

 Mármol, miembro familia imperial ( Roma, influencia griega)


Gálata herido, período helenístico

Estatua de mujer, marmol, siglo IV  a.C.

Paz de Westfalia

Copa de beber con asas, siglo V a.C., Grecia 

Oro, berilo, granate, pendiente/cabeza de un delfín,s.II a.C., Chipre 
 

Frasco de aceite, siglo V a.C., Grecia


Terracota provino, decoración de Murex , Micénico 1300 a.C.

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