Historia a través del arte: ¿HISTORIAS DE AMOR?

Josefina de Beauharnais
Los primeros años del matrimonio de Josefina fueron tormentosos. Desesperado a causa de la infidelidad de Josefina mientras él estaba en Italia y Egipto, Napoleón amenazó divorciarse. Se reconciliaron después que él regresó a París, en octubre de 1799. pocas semanas más tarde, despue´s del golpe de 18 brumario, Napoleón se convirtió en Primer Cónsul. Josefina fue coronada emperatriz, junto a napoleón, en 1804. en 1809, con el argumento de que ella no podía darle un heredero, Napoleón se divorció para casarse nuevamente. Josefina falleció en Malmaison, su casa de campo cerca de Paris, en 1814.(*)
Madme de Staël
Después de una breve ausencia de París, Madame de Staël regresó en mayo de 1797, con su amante Benjamin Constant, y pronto retornó al centro de la intriga política. Fue expulsada por el Directorio en julio de 1799, pero estuvo otra vez en París después del golpe de eStado de Napoleón, el 9 de noviembre. Sus actividades políticas y su oposición a Napoleón determinaron que otra vez se la expulsase de París en 1802. vivió en el exilio hasta la abdicación de Napoleón, en 1814. Durante este período publicó sus novelas, Delphine y Corinne, y comenzó su obra Considerations sur les principaux Evénements de la Révolution Francaise. Falleció en París en 1818.
Madame Tallien
Se divorció de Tallien en 1802. Hacía mucho que estaba cansada de él, y después de la relación con Barras, fue la amante del acaudalado especulador Ouvrard, con quien tuvo cuatro hijos. Alejada de la corte por Napoleón, hasta cierto punto restableció su posición social gracias a su matrimonio con el conde Caraman, después del príncipe de Chimay. El matrimonio duró mucho y fue feliz, y ella pasó los años ulteriores de su vida en las propiedades de la familia en Chimay, rodeada por sus muchos hijos.
Madame Récamier
Juliette Récamier, hija del influyente notario de Lyon Jean Bernard y de Marie Julie Matton, se casó en 1793, con 15 años de edad con el cuarentón financiero lionés Jacques Récamier, con importantes negocios con España. Más tarde, se afirmaría que era hija ilegítima de Récamier, protegida por "sus padres Jean y Marie Julie, teniendo la joven Julie o Juliette una "relación paterno-filial platónica" con su supuesto padre el banquero Jacques.
El alquiler por su marido del Castillo de Clichy y sus parques y jardines anexos, sería seguido por la compra de un magnífico palacete en la rue Moint Blanc de París que había pertenecido al padre de la también famosa organizadora de salones Madame de Stäel, once años mayor que ella, con quien la uniría una amistad perdurable en más de una veintena de años.
Filósofos como Benjamin Constant, Pierre-Simon Ballanche, Charles Augustin Sainte-Beuve, entre otros son algunos de los entusiasmados admiradores de su belleza, su espiritualidad, su saber escuchar, su sencillez, su maestría en el baile, etc.
(*)Cuando Napoleón Bonaparte conoció a Josefina, se sintió instantáneamente seducido. “Madame Beauharnais fue la primera mujer que me infundió cierta confianza” dijo más tarde en Santa Elena.
A los ojos de Bonaparte, Josefina era incomparable. Una frase usual en él era que “rien ne valait Joséphine” (nada valía lo que Josefina).
Ella había sido amante de Barras, y cuando este comenzaba a cansarse de ella, supo conquistar a Napoleón, ascendente general en ese momento. Barras afirmó por su parte que ofreció el mando del ejército de Italia a Bonaparte como recompensa por hacerse cargo de Josefina.
Bonaparte no necesitaba recompensa. Estaba locamente enamorado y había obtenido el mando a causa de sus propios méritos.