martes, 29 de marzo de 2016

UN LUGAR EN EL MUNDO

ADRIANO, LA ENTRADA A LA VILLA: EL PECILE
"Los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavía, y de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento único en que el hombre estuvo solo" (Frase de Flaubert, en Memorias de Adriano , de Marguerite Yourcenar)
La entrada a Villa Adriana se abre en un murallón que mide casi nueve metros de alto, el único lado que ha quedado intacto del recinto original, que completado con pórticos sobre ambos lados, delimitaba un amplísimo espacio rectangular de 232 x 97 metros,en cuyo centro se ha restaurado el estanque original.
Se trata del Pecile, del nombre del pórtico policromado de Atenas, que había suscitado gran admiración en Adriano.
Estos amplios pórticos ofrecían la mejor condición climática para un saludable paseo por la tarde, por el lado norte durante el verano y por el lado sur durante el invierno.
Fue pensado como un lugar aislado, ideal para la meditación, ya que los altos muros impedían la vista por los demás de la villa.


Figura femenina bailando, 

Figura femenina

La larga pared del portico del pecilo de Villa Adriana en Tivoli

Maqueta de la Villa de Adriano,mostrando el pecile


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