lunes, 3 de agosto de 2015

¿OPUESTOS?

SENSUALIDAD Y RIGOR MORALISTA
“…Subiré a la palmera, ¡cogeré sus racimos! Qué sean para mí tus senos como racimos de uva: y el aliento de tus narices como aroma de manzanas…!”(1)
En la Edad Media filósofos, teólogos y místicos, cuando de belleza hablaron, no se ocuparon de la belleza femenina, pues eran hombres de la iglesia y vivían en la atmósfera de moralismo medieval que incitaba a desconfiar de los placeres de la carne.
A pesar de ello, en textos bíblicos como el Cantar de los Cantares, hay descripciones sobre los pechos femeninos, “…bellos, los que sobresalen poco y son módicamente abultados…contenidos, pero no comprimidos, sujetos suavemente y no agitándose en libertad…” (2)
También hay descripciones sobre la belleza femenina en los cantos de los goliardos ( los Carmina Burana) y en las composiciones poéticas “pastorelle”.
En la Edad Media se celebraba públicamente la mansedumbre junto con la aceptación de claras manifestaciones de crueldad: y también había un extremo rigor moralista junto a momentos de franca sensualidad. (3)
(1) “Qué hermosa eres”, Salomón – siglo XA.C.- Cantar de los Cantares
(2) Sermón de Hugo de Fouilloi, clérigo y teólogo del siglo XII
(2) Texto de referencia: Umberto Eco, “La Historia de la Belleza”, Editorial Debolsillo, 2013


Hans Hemling, “Baño de Betsabé” (1485)

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