viernes, 17 de julio de 2015

LA PAZ DE LOS PUEBLOS Y LAS DEUDAS DE LOS ESTADOS


En Octubre (Noviembre para Occidente) de 1917, los bolcheviques con el apoyo de los eseristas ( Socialistas Revolucionarios: partido pequeñoburgués en Rusia, surgió a comienzos de 1902) de izquierda, toman el poder en Petrogrado y Moscú, dando origen a la primera revolución socialista.
Una de las banderas que más movilizó al campesinado a apoyar la revolución (representado en gran medida por los Socialistas Revolucionarios de Izquierda aliados a los bolcheviques) era la promesa de paz, ya que el grueso de los soldados eran campesinos.
Rusia era parte de la Entente junto a Francia e Inglaterra, y había sufrido pérdidas humanas y materiales inmensas en su lucha contra el imperio alemán y sus aliados. El cambio revolucionario produjo inmediatamente la cerrada oposición de los países hasta entonces aliados, y la presencia de las tropas alemanas en gran parte del imperio de los zares causaba estragos en soldados y poblaciones. Aun no se visualizaba la derrota final del imperio alemán y los revolucionarios rusos necesitaban sellar la paz con Alemania como primera medida para fortalecer su propio poder en el vasto territorio de los zares.
Es así como las tratativas de paz por separado entre Rusia y Alemania se comenzaron el 9 de Diciembre de 1917 en Brest-Litovsk, Ucrania, donde estaba el alto mando alemán del frente oriental.
Los alemanes necesitaban de la paz en el frente oriental para concentrarse en el frente occidental, y los revolucionarios también la necesitaban pues estaban exhaustos, las tropas rusas desmoralizadas y sin equipamiento mientras la oposición de los derrotados nobles y burgueses recién se estaba organizando.
En Petrogrado el comité central bolchevique estaba dividido entre quienes querían seguir la guerra para llevar la revolución a Alemania, como Bujarin, y los que querían firmar la paz aún a costa de concesiones importantes.
El día 18 de febrero las tropas alemanas reinician las hostilidades. Lenin le pide a Trotsky que acuerde, aún en las duras condiciones solicitadas.
Apenas iniciada la ofensiva alemana fue claro que el ejército ruso se disolvía en deserciones en masa. A pesar de lo totalmente injusto y humillante de las condiciones alemanas, el comité central bolchevique terminó por aceptar las duras condiciones firmando el tratado el 3 de marzo.
Paradójicamente, la votación empatada entre seguir la guerra o firmar la paz que pedía la fracción de Lenin, fue desempatada por Trotsky votando por la paz aunque anteriormente había apoyado la fracción de continuar la guerra.
Rusia entregaba partes importantes del territorio del imperio a los alemanes que iban a perder la guerra contra Occidente pocos meses después. El gobierno soviético renunciaba a cualquier territorio al oeste de las líneas de influencia previas, cuyos territorios pasaron a ser regidos por Alemania y Austria-Hungría. Batun, Kars y Ardahan fueron cedidas al imperio Otomano, debiendo limpiar los mares de barcos aliados y de minas, desocupar Ucrania, Estonia, Lituania, Finlandia y las islas Aland. La paz fue obtenida, y el precio que por ello tuvo que pagar la apenas nacida revolución rusa fue muy elevado y totalmente humillante.
Luke Fildes, "The Penitents Return"

Vasili Perov, "La despedida del difunto"

Campesinas rusas (realismo social)

Evdokiya Usikova, "Lenin con Aldeanos", 1959

Sir Hubert von Herkomer, "Tiempos difíciles"







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