“Es como si cada época se definiera, ante todo, por lo que ve y hace ver, y por lo que dice y hace decir”. En: El saber: Curso sobre Foucault. Gilles Deleuze, Cactus, Buenos Aires, 2013
sábado, 11 de julio de 2015
FARSA Y SANGRE NO LICÚAN CRIMEN E IDIOTEZ.
Nota de Héctor Mauas
“…Pase lo que pase –escribió Flaubert cuando estalló la guerra franco-prusiana- seguiremos siendo unos estúpidos.” Fragmento del capítulo 5 de “El loro de Flaubert”; Julian Barnes; 1984.
(Año 1945, a horas del prolongado final del Tercer Reich) “ …La segunda semana de abril, la orquesta filarmónica dio el último concierto. El programa, detestable, fue muy del gusto del momento –la última área de Brunilda; el Gotterdammerung, por descontado; y, para acabar, la Sinfonía Romántica de Bruckner-, pero fui, pese a todo. La sala, glacial, estaba intacta y las arañas lucían en todo su esplendor; vi de lejos a Speer con el almirante Donitz, en el palco de honor; a la salida, unos Hitlerjugend de uniforme llevaban unas cestas y ofrecían a los espectadores cápsulas de cianuro; estuve casi tentado de tomarme una allí mismo de pura rabia. Estaba seguro de que a Flaubert le habría asfixiado semejante exhibición de necedad. Aquellas demostraciones ostentosas de pesimismo alternaban con efusiones extáticas de optimismo jubiloso…”. Recuerdo de Maximilian Aue, oficial de las SS; último capítulo, de “Las benévolas”; Jonathan Littell; 2006.
Incluso la alquimia de la ópera encuentra límites para elevar al Olimpo lo que es, apenas, crimen e idiotez.
Hermosas voces, galas y luces, uniformes y medallas tintineantes, jóvenes iniciados en los ritos del con gloria morir, sangre consagrada en los altares de dioses imbéciles adorados por millones de creyentes, no alcanzan a tapar los alaridos de la soberbia caída.
Cerca del final, lo que ha dejado de ser Glorioso Destino, y es apenas pillaje y carne humana quemada, demanda una última (?) y obscena exhibición de sangre para la invariablemente hedionda Historia de los Pueblos.
La farsa, para sus afeites, necesita materiales de primera calidad: sacrificios, pedazos de cuerpos, le compran dignidad a sus andrajos.
Flaubert -ah, Flaubert, !!- lo sospechó.
“Pase lo que pase seguiremos siendo unos estúpidos”. Sin esperanza, ha demostrado ser una formulación menos idiota que la pompa.
Para no caer en la tentación de beber y hacer beber cianuro de una vez por todas, es útil escuchar y ver, en el espejo, -¿dónde si no?-, la necedad ostentosa de la que los hombres somos capaces.
Pintada, escrita, dicha, la bufonada del arte resulta menos idiota que los himnos.
Pero no sin condiciones.
La patraña deleitable, burlona, ese salvajismo inútil de la pura forma que tantas veces ha salvado tantas vidas, -que esté bien hecha, como si uno mismo fuera Lina Wertmuller-.
https://www.youtube.com/watch?v=Mx2GoEV5yf0
Pascualino Settebelleze ( comienzo)
https://www.youtube.com/watch?v=m8QJnwDwImA
Richard Wagner May Hemmingsen Starke Scheite schichtet mir dort Gotterdammerung.
https://www.youtube.com/watch?v=NlDUMKn519g
BRUCKNER.- 1824-1896- Sinfonía Nº 4 Romántica (versión 1878/80)
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