martes, 29 de noviembre de 2016

FIDEL, CUBA Y AZÚCAR

¿Cómo seguirá esto?
Único país de América sin desnutrición infantil, paraíso internacional de la infancia, tasa de mortalidad infantil más baja de América, diez estudiantes por docente, ningún niño duerme en la calle mientas en el mundo doscientos millones sí lo hacen, desarrollo de cuatro vacunas contra el cáncer, ejemplo para el mundo su sistema de salud, mejor sistema educativo de América Latina, gran aporte de su PBI para el sistema educativo, primer país en eliminar la transmisión madre a hijo del VIH…


"...yo lo vi con oleajes de rostros en su rostro..." (Juan Gelman)

Fidel fue símbolo de un concepto de humanidad que llamó revolución e integración de los pueblos.
No logró más que soltarse de los EEUU por espacio de medio siglo, y hoy han vuelto a tenerlos allí instalados.
Pero habían recuperado su dignidad y supieron hacer algunas cosas bien. No todas, pues con el triunfo de la revolución en 1959, grandes esperanzas se habían suscitado sobre el desarrollo de la economía. En primer lugar, se esperaba que la diversificación dejara atrás la alta dependencia respecto al azúcar y, por otra parte, se daba por seguro la eliminación del latifundio. Este sentimiento fue estimulado por la Primera Ley de Reforma Agraria, del 17 de mayo de 1959.
Esas expectativas no se cumplieron. Cuba siguió el camino azucarero, ligada a los mercados del Este de Europa. El latifundio se mantuvo, con ropaje estatal.
La confiscación de los centrales azucareros y las plantaciones, en lugar de promover la eficiencia, provocó todo lo contrario.
Solamente quedaron 71 centrales elaborando azúcar y 14 mieles de los 156 existentes en el país. Esto demostró como falsa la aseveración oficial de que esta medida se debió a la baja de los precios del azúcar en los mercados mundiales (2003), pues en realidad fue consecuencia de la ineficiencia acumulada durante años, así como de la falta de previsión

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