domingo, 28 de febrero de 2016

GOCE DE LA PIEDRA Y DEL METAL

Nota de Héctor Mauas.

De lo real de la escritura descubierto por Borges, Kawabata y otros fantasmas, deberían tomar nota las disciplinas empeñadas en sostenerse al modo ecuestre, -piedra montada sobre piedra una y otra vez por laboriosos constructores-.

Lo real del lenguaje es “lalengua”, -esto se dice, se repite, se celebra, para mejor ignorarlo en su dimensión más indiferente-: que la palabra, si es, es una espalda, cuyo frente permanece siempre en sombras.
Hace, se mueve,  le estamos siempre atrás. Es ciega, habla sola, a nadie se dirige, excepto, tal vez, a otra palabra también ciega. Inmotivada, no huye, ni se burla; con muy poco dice lo que dice.

En “El libro de arena”, de Borges, la letra movediza que se borra no es sólo un encuentro con lo que es arena y siempre lo será, sino que es, peor aún, un encuentro con manos y ojos que, ajenos a la nada y a la codicia de la piedra, recorren las páginas, leen, gozan.
Nada les importa, no saben del tiempo perdido, desobedecen, no son nuestros esos ojos, ni esas manos. Pero.

Umberto Eco, ahora muerto, hace apenas unos meses tradujo, de Mourier, la idea de “optimismo trágico” como sigue: “…lo que  traducido –dice Eco- quiere decir que la vida es una mierda, pero.”
Lo real de la escritura descubierto por Borges es un pero entre los peros que caben en el orden que no hay.
¿Pero qué –en este caso-? La biblioteca del mundo crece, pero. Nada se escribe, ni es posible leerlo dos veces, ni se recuerda porque el recuerdo es ya lectura, pero.
Pero algo de arena incomprensible queda entre los dedos del lector.

Como Kafka lo hizo con la Ley, Borges fisuró la biblioteca de Dios.
De ese descubrimiento hizo sabor y lo separó de la nostalgia, como años después lo hizo Barthés : “...Sapientia: ningún poder, un poco de prudente saber, y el máximo posible de sabor.” (clase inaugural, 7 de enero de 1977, College de France).

Entre otros muchos, Borges inyectó en nuestra lalengua el sonido de metal contra metal, portador de la frescura ilusoria de un también ilusorio momento perdido del origen.
“Dado lo remoto y casi desconocido de su materia, este volumen no sólo es una historia, sino una suerte de antología. Conviene no olvidar, sin embargo, que la poesía es difícilmente traducible; ninguna versión moderna puede ofrecer del todo el auténtico y antiguo sabor de los textos originales. Las lenguas germánicas, ricas en grupos consonánticos, propenden a la belleza áspera de lo épico, no a la tranquila dulzura de la lírica.” (“Literaturas germánicas medievales”; 1965).
Este texto, “Literaturas germánicas medievales”, es, sin duda, una evocación, pero. Pero es una evocación escrita en una lengua no germánica, fuera de una Europa de navegantes ya largamente ida, mil años más tarde.

Léase lo que sigue, fragmento final de “Al iniciar el estudio de la gramática anglosajona”, en voz alta, por supuesto:

“…Símbolos de otros símbolos, variaciones
del futuro inglés o alemán me parecen estas palabras
que alguna vez fueron imágenes
y que un hombre usó para celebrar el mar o una espada;
mañana volverá a vivir,
mañana fyr no será fire sino esa suerte
de dios domesticado y cambiante
que a nadie le está dado mirar sin un antiguo asombro.

Alabada sea la infinita
urdimbre de los efectos y las causas
que antes de mostrarme el espejo
en que no veré a nadie o veré a otro
me concede esta pura contemplación
de un lenguaje del alba.” (“El hacedor”; 1960).

Treinta años se cumplen de su muerte. Lo leemos y no se sabe aún quién fue Borges, pero.

https://www.youtube.com/watch?v=RkzrpUEwH70 (Glass loves ...SS10 Pringle of Scotland featuring Tilda Swinton by Ryan McGinley)
Fíbula merovingia

Rito funerario vickingo

Barco vickingo

Broche de estilo germánico

Laberinto - Nerthus

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