"Me ha pasado lo siguiente. Yo creía que las mujeres iban a ser el elemento animador de mis memorias. Leídos mis diarios, veo que son casi la monotonía. Si pongo toda la tripulación de mujeres, el barco se hunde".
Adolfo Bioy Casares (entrevista)
Georges Bataille — EL EROTISMO
Capítulo XIII La belleza
La oposición en la belleza entre la pureza y la mancha
"(...)Al hablar de la belleza de una mujer, evitaré hablar de la belleza en general. Sólo quiero comprender y limitar el papel de la belleza en el erotismo. En rigor, es posible admitir de manera elemental que, en la vida sexual de los pájaros, sus plumajes multicolores y sus cantos desempeñan una función precisa. (…)
Sólo tomo nota del hecho de que, en la apreciación de la belleza humana, debe entrar en juego la respuesta dada al ideal de la especie. (…)En general a un hombre o a una mujer se les juzga en la medida en que sus formas se alejan de la animalidad. (…)La aversión de lo que, en un ser humano, recuerda la forma animal, es cierta. En particular, el aspecto del antropoide es odioso. El valor erótico de las formas femeninas está vinculado, me parece, a la disipación de esa pesadez natural que recuerda el uso material de los miembros y la necesidad de una osamenta; cuanto más irreales son las formas, menos claramente están sujetas a la verdad animal, a la verdad fisiológica del cuerpo humano, y mejor responden a la imagen bastante extendida de la mujer deseable. (…)De lo que he dicho, me parece necesario tomar nota de una verdad indudable. Pero la verdad contraria, que sólo se impone en un lugar segundo, no está menos garantizada. La imagen de la mujer deseable, la primera en aparecer, sería insulsa —no provocaría el deseo— si no anunciase, o no revelase, al mismo tiempo, un aspecto animal secreto, más gravemente sugestivo(...)"
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