sábado, 1 de febrero de 2025

Yacht Club Argentino



1.      Tres Minués Argentinos

“Los abrazos”, de A. Alcorta (1842-1902); “Minué en Fa Mayor”, de J.P. Esnaola (1808-1878); “Figarillo”, de J. B. Alberdi (1810-1884


Primera Entrada

Hemos escuchado Tres Minués Argentinos “Los abrazos”, de Amancio Alcorta (1842-1902); “Minué en Fa Mayor”, de Juan Pedro Esnaola (1808-1878); y “Figarillo”, de Juan Bautista Alberdi (1810-1884) (interpretados por el Cuarteto de Amigos, integrado por  Gustavo Mulé y Javiera Gonzalez, violines,  Carla Regio viola y Siro Bellisomi violoncello.

El minué, que en época de Rosas se había bailado como minué montonero, conocido como el federal en Buenos Aires, se venía danzando en el Río de la Plata durante todo el siglo 18 y a pesar de los cambios políticos luego de 1810 y de las ideas románticas que llegaron de París se mantuvo vigente hasta pasado el medio siglo, no sólo en Buenos Aires, sino en todo lo que fue alguna vez el virreinato.

Quisiera comenzar hoy aquí con unos versos extraídos del poema Heráclito de Jorge Luis Borges, que dicen así: 

 Siente

Con el asombro de un horror sagrado

Que él también es un río y una fuga…


Me pareció apropiado para un club de navegantes de un río, como es el nuestro…


Estamos hoy aquí en el Yacht Club Argentino, dentro del ciclo Música e Historia en los Palacios de Buenos Aires, en su quinta temporada. Ciclo que se inició con el deseo de recrear lo que fue la atmósfera original de la audición y la interpretación de obras del clasicismo y del romanticismo.

El nombre de música de cámara viene de las pequeñas habitaciones llamadas cámaras en las que ensayaban pequeños grupos de músicos durante la Edad Media y el Renacimiento. esas A habitaciones, no muy grandes, se les llamaba cámaras. 

En el siglo XVII, los soberanos europeos dispusieron en sus palacios de una serie de estancias, las cámaras, reservadas a su uso particular. Con frecuencia reunían en ellas a los músicos de la corte, dando así origen a lo que terminaría en llamarse música de cámara.

Esta música, inicialmente, había sido escrita para aficionados, y se ejecutaba como diversión en la intimidad.  Y poco a poco, comenzó a difundirse en pequeñas salas de concierto, y en las casas de la gente que contaba con tiempo y recursos para el ocio. 

Dentro de los muros de los burgos, en una suerte de encierro, se fueron desarrollando así estas prácticas instrumentales a las que accedía la naciente burguesía.

En nuestro país, fue a comienzos de siglo XIX, en las tertulias, -vieja costumbre española-, o como se les llamó más adelante, en los recibos donde tuvo lugar el encuentro entre las élites y la música de salón. Se bailaba música europea; se escuchaban clavicordios, pianos y arpas.

En cambio entre las clases populares uno de los instrumentos que se destacó fue la guitarra. Se la escuchó en pulperías, rasgada o apenas punteada, y en ocasiones acompañada de palabra, más dicha que cantada: las payadas.


Hacia el período de la Constitución Nacional, en 1853, y coincidiendo con la llegada de miles de inmigrantes desde diversos sitios de Europa y Medio Oriente, se desarrolló el gusto por la ópera y por la música vocal e instrumental de cámara.

La música de cámara se distingue porque 

. cada músico toca una parte diferente

. y no hay director: entonces los músicos deben estar situados de manera que puedan mirarse entre sí, para lograr una mejor coordinación.



A continuación escucharemos nuevamente al Cuarteto de Amigos en la interpretación de Cuarteto N° 1 Op. 20, de Alberto Ginastera , IV Mov. Allegramente Rustico


Segunda entrada


El cuarteto que acabamos de escuchar es de 1948 y fue estrenado al año siguiente en la Asociación Wagneriana de Buenos Aires. Es justamente a partir de este cuarteto cuando el lenguaje de tipo nacionalista de Ginastera inicia un camino hacia otras rutas, y fue con este cuarteto que logró mucho éxito en los Estados Unidos, país que estuvo ligado a su producción a través de numerosos encargos y testigo, por lo tanto, de sus mayores triunfos internacionales.


Lo  que aquí nos reúne es la música y tal vez sea lícito preguntarse si pertenece a un universo sonoro en el que se crean narraciones sin argumentos


Lo que sí sabemos es que cuando se la escucha uno suele entregarse a sus fraseos, al ritmo, al tono, como si fueran la confirmación de algo que ya se sabía.

Sin embargo, debe haber una iniciación en la música que se va a escuchar, para poder seguirla.



Así como en la escucha de la música uno goza particularmente cuando reconoce, yo estoy segura que les gustará recordar conmigo algo que tenga que ver con la historia de este lugar, porque ¿qué les puedo decir que ustedes no sepan? …

Comenzaré entonces recordando que aquí todo comenzó alrededor de Hortensio Aguirre Anchorena, el dueño del cuter Ariel, y sus amigos, a los que más tarde se les unieron los ingleses de la Boating society cuando un temporal les destruyó sus barcos y debieron disolverse como tal.

Y fue así que a mediados de 1882 se fundó el Yacht Club Argentino, justo un poquito antes de que Buenos Aires tuviera su primer intendente, don Torcuato de Alvear. Aquel que fue nombrado por Roca en su primera presidencia, y que  fue quién le dio un aspecto más afrancesado a la ciudad, según el gusto de la dirigencia de aquel entonces, siendo esto un reflejo de esa generación, la del 80, que trataba de dejar atrás nuestro pasado colonial.

Hacia 1880 nuestra república había tomado conciencia de la magnitud del litoral marítimo como consecuencia tal vez, de lo que fue la conquista del desierto, en 1879, que como todos sabemos fue llevada a cabo por el general Roca. 

Y ese mismo año el 80, ocurrió la capitalización de BsAs, y con eso llegó la pacificación, o sea significó que habíamos salido de las interminables guerras civiles que habían azotado a la región durante todo el siglo 19. Aquellos miembros de la elite que habían estado ligados a esas guerras por años, pudieron ahora dedicarse al placer, Hortensio Aguirre Anchorena fue un buen representante de estas nuevas inquietudes, y así tuvimos nuestra propia y larga belle époque, que se extendió desde fines del siglo 19 hasta 1930, no como en Europa que fue interrumpida por la primera guerra mundial, en 1914. 


 Volviendo a la música es que recordamos que de acuerdo con algunos mitólogos la primera música se escuchó en las cavernas, y más adelante, el templo, la catedral y los palacios fueron atractivos justamente porque recrearon espacial y acústicamente ese primer espacio (el de las cavernas).

Claro que Claude Levy-Strauss, sostuvo y demostró que los mitos cumplen el curioso papel de tornar explicable todo aquello de cuyo origen poco y nada puede saberse.

A continuación escucharemos de Luis Gianneo, De las tres piezas criollas, Lamento quichua 


3.      Luis Gianneo (1897-1968) de las Tres Piezas Criollas

I-Lamento Quichua


Tercera entrada

Luis Gianneo, de quien acabamos de escuchar Lamento Quichua, fue miembro del grupo Renovación que se formó en 1929 en la sede de Amigos del Arte, que estaba en la calle Florida al 659, y que se caracterizó por valorizar en sus obras instrumentales las melodías populares y los ritmos de danza rioplatenses, pampeanos y andinos.

Este club, como dijimos, vivió la belle époque en su máxima expresión, desde fines del siglo 19 hasta 1930, porque ahí se produjo un corte que fue una crisis económica reflejo de la crisis mundial de Wall Street en 1929, y que aquí culminó con un golpe de estado.

Entre 1883 y 1896 el YCA dominó el ámbito de las regatas, en las que se pasaban momentos agradables y hasta se forjaron matrimonios, con la sorpresa de que muchas mujeres se convirtieron en aficionadas a la navegación y este club, a diferencia de sus colegas, las admitió tempranamente a partir de 1896.  Más adelante esta nueva actividad, accesible ahora a las mujeres, sería practicada por algunas que eran ilustres en otros campos, como por ejemplo: las hermanas Victoria y Silvina Ocampo: personalidades en las letras.

La belle epoque se vió reflejada en cosas como por ejemplo que aquí, en el club, se recibían barcos con barricas de vino traídas desde Jaen, España, importadas especialmente para tomar en el bar…

Otro ejemplo de ese modo de vida fue que se encargaban barcos en Europa, como cuando el Rose France, un barco de regata de 12 metros, fue traído en 1911 desde Inglaterra hasta Argentina por Quintín de Acevedo Machado

Una personalidad que dejó rastro en este lugar fue: Don Celesto Fernandez Blanco quien había vivido en Europa a sus 20 años y terminó teniendo sus veladas arriba con sus amigos, en lo que algunos llamaron la capilla de él y abajo estaba la capilla del Ñato Aguirre, aunque eran todos amigos.

Él fue justamente quién regaló media biblioteca e intervino en la fundación de la Yacht Racing Association. Esto quedó reportado en el Lloyds register en 1910 en donde la Argentina figuraba y este club también como autoridad nacional en el país, cosa que se mantuvo como tal durante 80 años

Celesto contaba en ese momento con solamente 21 años. 

Esas primeras generaciones de comienzos de siglo 20, fueron capaces de dejarnos cosas perdurables…


La gente que transita este espacio ha sido atravesada por una tradición náutica que implica una filosofía y una forma de vida que se basa en el juego limpio, el respeto por el rival y el espíritu deportivo, lo que posibilita la práctica de principios éticos y morales de toda persona de bien.

Hay una historia en la que podremos reconocer algo de lo que acabo de mencionar. Forma  parte de anécdotas que nos gustará recordar y que refiere a un objeto, que se halla abajo, en el bar comedor:  una rueda de timón, de madera, grande, enorme, que es una pincelada de historia y hasta hay un tango que la evoca.   El tango es: Las Nieblas del Riachuelo de Cadícamo y Cobián, y es del año 1937. Evoca aquellos barcos que no navegarán…

Se trata del British Isles, ( britiyail) una fragata, barco botado por los ingleses en 1870, barco mercante de acero, famoso para los ingleses. Hay libros sobre este barco emblemático, que era un carbonero que salía desde New Castle hasta Iquique, en la costa del Pacifico al que se llegaba por el cabo de Hornos, y una vez allí cargaba y llevaba nitrato para Europa en donde se fabricaba la pólvora. Esto ocurría desde finales del s 19 hasta ppios 20, antes de la primera guerra, obviamente. También, una vez en el Pacífico, llegaba hasta Australia empujado por los vientos alisios.

Aún habían barcos mercantes a vela. Esos barcos navegaban por rutas oceánicas de grandes vientos, …las máquinas no estaban tan evolucionadas como estarían hoy…y en realidad lo que va a marcar la desaparición de esos barcos a vela fue la apertura de los canales, me refiero al de Panamá y al de Suez…. 

El último que navegó como tal fue un buque alemán: Pamir,que había venido a cargar trigo en los años 50 y que se perdió en el Atlántico quedando solo 5 sobrevivientes.

El British Isles, de altos mástiles, sin máquina, cuando dejó de usarse fue consignado a Buenos Aires a la firma Dodero…llegó  como chata carbonera, pero era el viejo casco …ahora rebautizado como: África.  Hermoso casco, navegó por aquí durante 20 ó 30 años. 

Alguien lo vio tirado por el Delta… El barco de la forma airosa en la proa terminó amarrado en un riacho del tigre, hasta que quedó varado en el rio Capitán al fondo…

Unos socios del club en la década de 1980 se arrimaron al barco, y lo treparon. Sólo quedaba la rueda del timón pintada de verde con una costra grande de esa pintura. La desarmaron y dejaron caer con sogas. La llevaron atada, la trataron y quedó la madera limpia…ese timón es lo último que queda de esa historia…el tango evoca ese timón, ese tesoro de historia al que le hace homenaje. Este ha sido un detalle propio de este club: jóvenes que ya no lo eran tanto …lo hicieron siguiendo un impulso bravío, parte de ese espíritu que surge naturalmente…de dar vida a algo que no van a dejar morir…no lo dejaron ahí. El socio que la rescató la regaló al club…

Los primeros versos del tango dicen: 

Turbio fondeadero donde van a recalar

Barcos que en el muelle para siempre han de quedar

Sombras que se alargan en la noche del dolor

Náufragos del mundo que han perdido el corazón

Puentes y cordajes donde el viento viene a aullar

Barcos carboneros que jamás han de zarpar

Torvo cementerio de las naves que al morir

Sueñan sin embargo que hacia el mar han de partir

Tiene un tono muy nostalgioso.

Hay otras historias, como aquella del barco de ingleses que vino y del que hay una foto en el salón de arriba (en el salón almirante Brown) y en el que las firmas de los navegantes están, y se van borrando de a poco.

Un emblema para el club, otra forma de vida, es el árbol en la entrada al edificio, que es un ceibo y parece un bonsai. El hecho es que fue podado por un jardinero japonés en los años 40…más o menos… era el único, pero todos los ceibos que hay ahora se supone que son hijos de este…por las semillitas que el viento habrá ido llevando…

Otro emblema del club son su biblioteca y hemeroteca, uno de los archivos náuticos más importantes del mundo. 

Por último, algo interesante y novedoso es el trabajo que se ha hecho desde la comisión de cultura, cuya presidente es la señora Gloria del Viso, a quien le fue entregada la medalla de la Hispanidad , por fedespa: (federación de sociedades españolas de Argentina) por su trabajo cultural en la Asociación Wagneriana durante 16 años y también en el Yacht Club Argentino, comenzado en 2003.

Se han traído figuras relevantes de la música a nivel nacional e internacional, y esto se ha transformado en una cualidad distintiva de este club naútico, que en sus comienzos fue el primero en incorporar mujeres,  que se distinguió por volcarse enteramente a la navegación de placer como es la vela, y también sobresalió por las regatas temerarias.


Ahora escucharemos al Cuarteto de Amigos interpretar de Luis Gianneo, de las tres piezas criollas: Criolla


Cuarta Entrada


El grupo Renovación, del que, ya dijimos, formaba parte Gianneo, estuvo influenciado por la llegada de los ballets rusos de Serguei Diaghilev.

El primer vínculo entre los Ballets Rusos y nuestro país bien pudo haber sido una joven argentina de veintitrés años que, cultivándose en París en el año 1913, presenció el estreno de La consagración de la primavera de Igor Stravinsky, con coreografía de Vaslav Nijinsky y promovido por el gran gestor cultural que fue, justamente Diaghilev.

La tradición nos cuenta que la función causó un gran escándalo y el espectáculo, que terminó marcando una ruptura en las vanguardias de ese ppio de siglo, fue denostado por la prensa especializada. En la sala del teatro de Champs-Élysées, además de nuestra compatriota se encontraba Coco Chanel, mecenas de las producciones más alternativas de entonces, también una de las creadoras más apreciadas por esa misma joven argentina de veintitrés años, que dijimos estaba en el lugar, y que era Victoria Ocampo.


Volviendo al club, en 1911, por votación de ambas cámaras del congreso se obtuvo la aprobación de un fondeadero de 30 mil metros cuadrados, y en 1914 se obtuvo también la concesión del terreno para la sede social frente al fondeadero. Fue entonces que se iniciaron las obras de construcción de este edificio diseñado, como todos sabrán, por el arquitecto y también socio: Eduardo Le Monnier, e inaugurado el 23 diciembre de 1915 con la presencia de  autoridades nacionales y con una copa de champagne. 

Su estilo es ecléctico y remite a rasgos del Art Nouveau, de la Secesión Vienesa y del academicismo, todo combinado con equilibro y austeridad.


Le Monnier organizó asimétricamente el conjunto a través de un cuerpo longitudinal alto, donde está ubicado el acceso principal que es el que mira a la ciudad. Este acceso tiene adosado una torre faro. Luego hay un cuerpo semicircular más bajo pero que se abre hacia el rio.  O sea que de este modo, la obra presenta dos visiones diferentes de aproximación: la de la ciudad y la del río. Mas adelante en 1929 hubo una intervención hecha por el mismo Le Monnier,  siempre respetando su estilo inicial, en el que su morfología remite a temáticas naúticas. Justamente hace poco el club recibió una mención referida a ser un exponente porteño del art Nouveau.

Le Corbusier que vino en 1929, señaló que lo propio de BsAs eran las casitas edificadas por artesanos italianos, casitas sencillas que reconducían a formas geométricas elementales. Y también señaló que, a diferencia de las ciudades europeas atravesadas por ríos emblemáticos, como el Tiber, el Sena, el Támesis, el Arno, el Rhin o el Danubio, Buenos Aires se había edificado de modo que a fines de la década del 20 la llegada al río era casi imposible.  Este edificio escapa un poco a esta observación del célebre arquitecto suizo-francés, puesto que como notamos mira a la vez a la ciudad y al río.

En la parte superior están la biblioteca y tres habitaciones que llevan los nombres de tres históricos veleros, destinadas a hospedar a los jueces de las regatas internacionales que organiza el YCA.

El conjunto fue declarado Monumento Histórico Nacional.

Edouard Le Monnier fue también autor, entre muchas otras obras, de lo que hoy es la Nunciatura Apostólica, en la Av. Alvear al 1605, que en su momento fue la residencia Fernández Anchorena.

… 

Escucharemos ahora música de Astor Piazzolla.

Cuando cumplió 9 años, vivía en Nueva York, y su padre le compró un bandoneón de segunda mano. Tuvo que estudiar y lo hizo a disgusto porque su pasión era el jazz y ese instrumento no parecía servir para el swing.

Cuando tuvo 32 años viajó a París, y Nadia Boulanger, su profesora de composición, luego de haber escuchado su tango Triunfal, lo convenció de que nunca abandonara esa música.

Así Piazzolla supo que lo que no era tango en él era extraño, era un otro cerebral, un otro falso...

Escucharemos al Cuarteto de Amigos interpretar: Oblivión

4.Oblivion, de Ástor Piazzolla (1921-1992)


Quinta Entrada

Vamos ahora a escuchar nuevamente a Piazzola, que fue un músico que al integrar unos pocos elementos nuevos, de esa manera modificó la sustancia misma de la estética del tango.      

No se trató de rupturas, -ruidosas casi siempre- sino de articuladores, o bisagras inaudibles que lo que hicieron fue ahuecar la continuidad de lo ya existente. Fue así como lo nuevo abrió un espacio antes absolutamente inexplorado.

Además, lo novedoso consistió en que importó materiales y lenguas extrañas. La creación siempre implica una traición al pasado.

Eso fue lo que hizo Piazzola con el tango. Extrajo nuevos sonidos de instrumentos preexistentes, cuando por ejemplo tocó el bandoneón de parado -como se dice en la jerga-, y lo golpeó como si se tratase de un instrumento de percusión.  O cuando al violín, lo raspó a la altura del puente.

Introdujo armonías jazzeras, otros modos de orquestar, modulaciones, todo ello inexistente en el tango tradicional ya instalado.

Piazzola hizo de su nombre un punto de no retorno.

Un poco cansado de explicarse frente a los tribunales de la historia sagrada, de su música entonces dijo que no era tango, sino música de Buenos Aires.

Sin modificar ni un solo ladrillo fundó otra ciudad, al modo en que Borges interpretó al Heráclito: si no se bebe dos veces agua del mismo río, no es porque el río corre y cambia, sino porque el hombre que baja a beber nunca es el mismo.

Es tan cierto decir que su música no es tango como cierto es decir que es tango en su más pura extrañeza recobrada.

Para finalizar esta velada escucharemos: Fuga y Misterio ejecutado por el Cuarteto de Amigos


5. Fuga y Misterio, de Ástor Piazzolla (1921-1992



lunes, 30 de septiembre de 2024

Música de cámara para adolescentes


16 de noviembre de 2021


Diana Fernández Irusta

LA NACION


No era poco el desafío, pero resultó ser todo un éxito. Y tuve la enorme suerte de estar ahí.



El concierto se realizó en el marco del ciclo Música e Historia en los palacios de Buenos Aires, una iniciativa que lleva tres temporadas y, declarada de interés cultural por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad y la Legislatura porteña, realiza pequeños eventos en el cruce entre música, arquitectura e historia. Sus creadores son los integrantes del Cuarteto de Amigos, una agrupación de cuerdas formada por músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional y la Filarmónica del Teatro Colón.

Uno de sus objetivos es homenajear la riqueza edilicia de la ciudad; el Teatro Colón, la Biblioteca Nacional, el Museo Nacional de Arte Decorativo fueron algunos de los espacios donde el Cuarteto de Amigos mostró su arte. En ese circuito no podían faltar las escuelas centenarias, esas moles de porte exquisito, en sí mismas expresión de una historia fecunda, contradictoria, activa. Hubo un concierto del Cuarteto de Amigos en el Colegio Nacional Buenos Aires, poco antes de la pandemia. Y hubo otro en la Escuela Normal Mariano Acosta hace apenas unos días, al calor de lo que algunos –en voz baja, cosa de no suscitar el retorno del monstruo– ya empezamos a llamar “pospandemia”. Porque era ese clima, el del regreso a algo más benévolo y cercano, el que reinaba en el aula magna del Acosta cuando los músicos del Cuarteto de Amigos hicieron su ingreso.

Entre los lugares comunes que de tanto repetirse se nos van adhiriendo como una segunda piel, está el de la adolescencia como pesadilla. Demasiadas veces me escuché ser parte de la cantinela: difíciles, inabordables, impredecibles, conflictivos. Qué peste, ciertas frases hechas; qué alivio, desprenderse de lo pegajoso de la segunda piel, limpiar la mirada, descubrir qué hay allá afuera. Y qué arrolladoramente hermosos, los adolescentes.


El concierto se ofreció para algunas divisiones, primero y quinto año. Yo estaba allí un poco de contrabando; la escena era por, para y de ellos. Pibes y pibas bravos, tiernos, desgarbados, frágiles, poderosos, bellos.


Por sobre nuestras cabezas estaban los magníficos frescos del cielorraso, los detalles neoclásicos, la estampa que Francisco Tamburini, el mismo arquitecto que diseñó el Teatro Colón, le imprimió a este edificio inaugurado en 1889 y que hoy habitan seres criados entre píxeles: una inquieta marea de chicas con ojos delineados a lo Cleopatra, algún varón con gorro de lana a lo Riverdale, bullicio constante, desborde de vida.


“Escuchen. Disfruten –los animó Andrea Berman, rectora del establecimiento–. Esto también es volver a encontrarnos”.


Y llegó la música. Haydée Seibert, Gustavo Mulé, Carla Regio y Marina Arreseygor arrancaron con los familiares acordes del primer movimiento de la Pequeña Serenata Nocturna de Mozart. Luego siguieron minués argentinos, una pieza de Luis Gianneo, dos de Piazzolla. Entre tema y tema –e incorporando los aportes de Pablo Pineau y María Luz Ayuso, a cargo del proyecto Espacios de Memoria y del archivo histórico del Acosta–, la historiadora Noemí Pilar Molinero unía la música con detalles ligados al origen de la escuela, el barrio que la rodea, el vínculo con Julio Cortázar, uno de sus más célebres alumnos.


El auditorio se plegó a la propuesta. Indicio fuerte: no se oyó el chirrido de ningún celular. Entre lo mucho que puede dar la vida escolar, está lo intangible de los gestos que abrazan. Y eso estábamos viviendo en ese momento, al abrigo de dos violines, una viola y un cello.

viernes, 19 de abril de 2024

La Alianza Francesa



Entre 1831 y 1854, los franceses fueron la tercera comunidad de inmigrantes más grande que arribó a Argentina

1.      Tres Minués Argentinos

“Los abrazos”, de A. Alcorta (1842-1902); “Minué en Fa Mayor”, de J.P. Esnaola (1808-1878); “Figarillo”, de J. B. Alberdi (1810-1884


Primera Entrada

Hemos escuchado Tres Minués Argentinos “Los abrazos”, de Amancio Alcorta (1842-1902); “Minué en Fa Mayor”, de Juan Pedro Esnaola (1808-1878); y “Figarillo”, de Juan Bautista Alberdi (1810-1884) (interpretados por el Cuarteto de Amigos, integrado por  Gustavo Mulé y Javiera Gonzalez, violines,  Carla Regio viola y Siro Bellisomi violoncello.

El minué, que en época de Rosas se había bailado como minué montonero, y había sido conocido como el federal en Buenos Aires, se venía danzando en el Río de la Plata durante todo el siglo 18 y a pesar de los cambios políticos que ocurrieron luego de 1810 y de las ideas románticas que llegaron de París, se mantuvo vigente hasta pasado el medio siglo, no sólo en Buenos Aires, sino en todo lo que fue alguna vez el virreinato.

Estamos hoy aquí en la Alianza Francesa, centro Fortabat, en Palermo, dentro del ciclo Música e Historia en los Palacios de Buenos Aires, en su quinta temporada. Ciclo que se inició con el deseo de recrear lo que fue la atmósfera original de la audición y la interpretación de obras del clasicismo y del romanticismo.

El nombre de música de cámara viene de las pequeñas habitaciones llamadas cámaras en las que ensayaban pequeños grupos de músicos durante la Edad Media y el Renacimiento. esas A habitaciones, no muy grandes, se les llamaba cámaras. 

En el siglo XVII, los soberanos europeos dispusieron en sus palacios de una serie de estancias, las cámaras, reservadas a su uso particular. Con frecuencia reunían en ellas a los músicos de la corte, dando así origen a lo que terminaría en llamarse música de cámara.

Esta música, inicialmente, había sido escrita para aficionados, y se ejecutaba como diversión en la intimidad.  Y poco a poco, comenzó a difundirse en pequeñas salas de concierto, y en las casas de la gente que contaba con tiempo y recursos para el ocio. 

Tradicionalmente, en la interpretación de las obras de cámara predominan los instrumentos de cuerdas. Así, por ejemplo, la más significativa de las formas de composición en este ámbito, el cuarteto de cuerdas, se ejecuta con dos violines, una viola y un violonchelo. 

En nuestro país, fue a comienzos de siglo XIX, en las tertulias, -vieja costumbre española-, o como se les llamó más adelante, en los recibos donde tuvo lugar el encuentro entre las élites y la música de salón. Se bailaba música europea; se escuchaban clavicordios, pianos y arpas.

En cambio entre las clases populares uno de los instrumentos que se destacó fue la guitarra. Se la escuchó en pulperías, rasgada o apenas punteada, y en ocasiones acompañada de palabra, más dicha que cantada: las payadas

Hacia el período de la Constitución Nacional, en 1853, y coincidiendo con la llegada de miles de inmigrantes desde diversos sitios de Europa y Medio Oriente, se desarrolló el gusto por la ópera y por la música vocal e instrumental de cámara.

Esta  música se distingue porque 

. cada músico toca una parte diferente

. y porque no hay director: y los músicos deben estar situados de manera que puedan mirarse entre sí, para lograr una mejor coordinación.


Escucharemos a continuación nuevamente al Cuarteto de Amigos en la interpretación de Cuarteto N° 1 Op. 20, de Alberto Ginastera , IV Mov. Allegramente Rustico

2.      Cuarteto N° 1 Op. 20, de Alberto Ginastera (1916-1983)

IV Mov. Allegramente rustico


Segunda entrada


El cuarteto que acabamos de escuchar es de 1948 y fue estrenado al año siguiente en la Asociación Wagneriana de Buenos Aires. Es justamente a partir de este cuarteto cuando el lenguaje de tipo nacionalista de Ginastera inicia un camino hacia otras rutas, y fue así que con este cuarteto logró mucho éxito en los Estados Unidos, país que estuvo ligado a su producción a través de numerosos encargos y testigo, por lo tanto, de sus mayores triunfos internacionales.


Lo que nos reúne es la música, y tal vez sea lícito preguntarse si ésta pertenece a un universo sonoro en el que se crean narraciones sin argumentos


Lo que sí sabemos es que cuando la escuchamos uno suele entregarse a sus fraseos, al ritmo, al tono, como si fueran la confirmación de algo que ya se sabía.

Sin embargo, debe haber una iniciación en la música que se va a escuchar, para poder seguirla.

Dijimos antes, que a fines del siglo 19 llegó gran cantidad de inmigración a Argentina. Esto ocurrió porque el proyecto de la generación del 80, que era un proyecto de país agroexportador, necesitaba brazos para trabajar la tierra. Dentro de este contexto vemos que la inmigración francesa fue anterior a las otras.

Ya en época de la revolución de Mayo hubo vascos y bearneses que formaron parte de la dirigencia de ese movimiento, porque pese a las restricciones que había para que entraran otras nacionalidades, la alianza franco-española del siglo XVIII había dado un marco favorable para la migración francesa a la América española, y debido a la compra de Luisiana  por España miles de franceses pudieron dispersarse por los territorios americanos libremente…vean uds, entonces, qué pronto habrían llegado a estas tierras…muchos eran exiliados políticos. 

Para nombrar sólo a tres diremos entre ellos Cramer y Bouchard, combatientes por la Independencia y también Liniers ya en época anterior, durante las invasiones inglesas ( que incluso llegó a ser virrey).


Aunque es difícil establecer quienes llegaron primero: se sabe que la mayoría de la inmigración francesa llegó entre 1831 y 1854, y que justamente declinó mucho hacia 1890, cuando empezaron a llegar, en grandes oleadas, desde otros países europeos, especialmente España e Italia.

Los primeros franceses llegaron desde el sur de Francia y en su mayoría lo hacían desde el puerto de Burdeos…venían hombres jóvenes que o bien se quedaban aquí y formaban familia o volvían…pero, y también ocurría, que las mujeres y los niños llegaban luego en busca de ellos y se establecían todos aquí..

En la década de 1870, el gran fracaso francés en el conflicto con Prusia, también influyó en las migraciones, y así ocurrió que muchos disidentes políticos vinieron y dieron su aporte a nuestra sociedad, como fue el caso de Alicia Moreau de Justo, dirigente socialista. 

Así como las otras colectividades se agrupaban por barrios, la francesa también lo hizo en el Socorro y San Nicolás…pero también puede verse una diferencia, en los lugares elegidos, según el poder adquisitivo…mayor poder adquisitivo en el Centro y barrio de Belgrano y manufactureros u otros oficios alrededor de la plaza San Martín 

A ppios del s 20 vivían aquí 80 mil franceses, pero muchos emigraron a otros países como Canadá, por ejemplo, o volvieron a Francia, ante la imposibilidad de obtención de un pedazo de tierra que era lo que los gobiernos argentinos habían alentado en Europa a través de sus agentes.

También volvieron a raíz de la primera guerra mundial, a luchar por su patria y eso produjo el decreciente número en la colectividad.

La inmigración francesa se caracterizó por una amplia gama de situaciones y profesiones: hubo maestros, arquitectos, políticos, científicos, periodistas que hicieron un gran aporte a la cultura argentina, y se destacaron en todos los ámbitos. No tuvieron problemas con el idioma y tampoco en mezclarse con otras colectividades lo que determinó que la cultura francesa se esparciera, pero  también que se disolviera como colectividad. Otro fenómeno que acompañó a esto fue la integración entre vascos franceses y vascos españoles.

Como fueron de los primeros en llegar al país tuvieron instituciones antes que las otras colectividades, el hospital francés en 1835, el club francés 1866, centro vasco francés 1865 y finalmente la Alianza Francesa en 1893, sin fines de lucro, con el fin de promocionar la lengua y cultura francesas, y al día de hoy no sólo instituto de lenguas sino también centro cultural en donde se pueden disfrutar conciertos, muestras de arte, conferencias y demás eventos culturales.

Es la única institución avalada por el gobierno de Francia y autorizada para la toma de exámenes internacionales DELF/DALF del Ministerio de Educación de ese país.


Volviendo a la música es que recordamos que de acuerdo con algunos mitólogos la primera música se escuchó en las cavernas, y más adelante, el templo, la catedral y los palacios fueron atractivos justamente porque recrearon espacial y acústicamente ese primer espacio (el de las cavernas).

Claro que Claude Levy-Strauss, sostuvo y demostró que los mitos cumplen el curioso papel de tornar explicable todo aquello de cuyo origen poco y nada puede saberse.

A continuación escucharemos de Luis Gianneo, De las tres piezas criollas, Lamento quichua 


3.      Luis Gianneo (1897-1968) de las Tres Piezas Criollas

I-Lamento Quichua


Tercera entrada

Luis Gianneo, de quien acabamos de escuchar Lamento Quichua, fue miembro del grupo Renovación que se formó en 1929 en la sede de Amigos del Arte, que estaba en la calle Florida al 659, y ese grupo se caracterizó por valorizar en sus obras instrumentales las melodías populares y los ritmos de danza rioplatenses, pampeanos y andinos.

……

DESCRIPCIÓN DE LA CASA PETIT HOTEL

Los ingenieros Schang y Lambertini  fueron los que construyeron esta casa que perteneció inicialmente a una familia, y luego a una empresa para terminar funcionando aquí la Alianza Francesa de Palermo.


Fue adquirida en 1984, y la compra financiada, en su totalidad, por Amalia Lacroze de Fortabat, de allí el nombre de Centro Fortabat/Palermo…años más tarde, en 1992 la señora Fortabat asumió la presidencia de la alianza Francesa de Buenos Aires y se convirtió en la primera mujer argentina en presidir la Alianza. 

La de Buenos Aires es también una de las alianzas más antiguas del mundo.


ALGO SOBRE EL ESTILO DE LA CASA


Estamos en Palermo: uno de los cuarenta y ocho barrios que componen la Ciudad de Buenos Aires, y dentro de él existen diecinueve sub-barrios no oficiales, cuyos nombres están determinados por el tipo de actividad que se realiza en cada uno de ellos.

Los barrios de Buenos Aires, en general, fueron tomando sus nombres de los antiguos dueños de las tierras en donde habían quedado emplazados, o de las estaciones de ferrocarril que fueron apareciendo. En el caso de este sub-barrio el nombre se debe al shopping Alto Palermo, que se encuentra ubicado donde desde 1897 se alzaba un edificio industrial de amplia superficie, que había sido la fábrica de la cervecería Palermo.

En realidad no estamos en ese sub-barrio propiamente dicho, pero sí pegados a él, porque estamos a una cuadra, ya que su límite es la avda Coronel Díaz y para el otro lado.

A unas 15 cuadras de aquí, transcurrió la primera infancia de Borges, en lo que en ese entonces era un barrio muy marginal, y sus padres no decían que vivían en Palermo sino en el norte. Así fue que construyeron una casa de dos plantas, que no coincidía con las otras casas del barrio por ser muy elegante, pero todos sabemos que para Borges el mundo era la biblioteca de su padre. Y habiéndolo nombrado no puedo dejar de hacer referencia a la relación entre escritor y la literatura francesa. El sostuvo públicamente su anglofilia, cosa también sostenida por la crítica, sin embargo esto parece haber eclipsado su relación con la literatura francesa, puesto que él también fue un lector apasionado sobre todo durante su estadía en Europa como todo fiel devoto de las letras de Francia. La anglofilia de Borges, sostenida públicamente por él y por la crítica en incontables oportunidades, ha eclipsado su relación con la literatura francesa. No obstante, es suficientemente conocido que Borges leyó tanta literatura francesa, sobre todo en su estadía en Europa, como cualquier otro fiel devoto de las letras de ese país.  


Existen pocos lugares en la ciudad de Buenos Aires que no estén influenciados por la arquitectura clásica francesa o el art decó. Podría decirse que desde 1890, la francesa fue la principal influencia en nuestra propia arquitectura

Tal vez sea por eso que a principios del siglo XX, los visitantes decían que BsAs era una ciudad hermosa y también decían: saludable, ya veremos por qué.


A fines del siglo XIX en que ocurrió una transformación urbanística de la ciudad, en forma considerable, y bajo las directivas de don Torcuato de Alvear, que fue el primer intendente de la ciudad, las líneas del academicismo francés predominaron en el lenguaje formal de la arquitectura oficial, porque para la clase dirigente de aquel entonces, Francia era el paradigma del modelo de nación deseado.


Entre 1897 y 1909 se construyeron en Buenos Aires un total de 92.682 edificios.


En poco más de veinte años cambió el antiguo aspecto colonial de la zona céntrica de la ciudad.

Una característica de privilegio estuvo dada porque el desarrollo de lo que se dio en llamar “la jungla de cemento” fue acompañado por un gran número de espacios verdes trazados y cientos de miles de árboles en las calles. El

creador de la sombra de Buenos Aires fue el arquitecto paisajista francés Carlos Thays, que había llegado a la ciudad en 1890 y, un año después, había sido designado Director General de Paseos de la Municipalidad., por el intendente Bollini.

Fue así que hacía 1909 en esta ciudad había poco más de 142 mil árboles plantados en las calles, y 2 millones en parques y jardines públicos: más que en Berlín, o la misma París ...por eso decían que era saludable.

Ahora escucharemos al Cuarteto de Amigos interpretar de Luis Gianneo, de las tres piezas criollas: Criolla


Cuarta Entrada


El grupo Renovación, del que, ya dijimos, formaba parte Gianneo, estuvo influenciado por la llegada de los ballets rusos de Serguei Diaghilev.

El primer vínculo entre los Ballets Rusos y nuestro país bien pudo haber sido una joven argentina de veintitrés años que, cultivándose en París en el año 1913, presenció el estreno de La consagración de la primavera de Igor Stravinsky, con coreografía de Vaslav Nijinsky y promovido por el gran gestor cultural que fue, justamente Diaghilev.

La tradición nos cuenta que la función causó un gran escándalo y el espectáculo, que terminó marcando una ruptura en las vanguardias de ese ppio de siglo, fue denostado por la prensa especializada. En la sala del teatro de Champs-Élysées, además de nuestra compatriota se encontraba Coco Chanel, mecenas de las producciones más alternativas de ese momento, y también una de las creadoras más apreciadas por esa misma joven argentina de veintitrés años, que dijimos estaba en el lugar, y que era Victoria Ocampo.

… 

Escucharemos ahora música de Astor Piazzolla.

Cuando cumplió 9 años, vivía en Nueva York, y su padre le compró un bandoneón de segunda mano. Tuvo que estudiar y lo hizo a disgusto porque su pasión era el jazz y ese instrumento no parecía servir para el swing.

Cuando tuvo 32 años viajó a París, y Nadia Boulanger, su profesora de composición, luego de haber escuchado su tango Triunfal, lo convenció de que nunca abandonara esa música.

Así Piazzolla supo que lo que no era tango en él era extraño, era un otro cerebral, un otro falso...

Escucharemos al Cuarteto de Amigos interpretar: Oblivión

4.Oblivion, de Ástor Piazzolla (1921-1992)


Quinta Entrada

Vamos ahora a escuchar nuevamente a Piazzola, que fue un músico que al integrar unos pocos elementos nuevos, de esa manera modificó la sustancia misma de la estética del tango.      

No se trató de rupturas, -ruidosas casi siempre- sino de articuladores, o bisagras inaudibles que lo que hicieron fue ahuecar la continuidad de lo ya existente. Fue así como lo nuevo abrió un espacio antes absolutamente inexplorado.

Además, lo novedoso consistió en que importó materiales y lenguas extrañas. La creación siempre implica una traición al pasado.

Eso fue lo que hizo Piazzola con el tango. Extrajo nuevos sonidos de instrumentos preexistentes, cuando por ejemplo tocó el bandoneón de parado -como se dice en la jerga-, y lo golpeó como si se tratase de un instrumento de percusión.  O cuando al violín, lo raspó a la altura del puente.

Introdujo armonías jazzeras, otros modos de orquestar, modulaciones, todo ello inexistente en el tango tradicional ya instalado.

Piazzola hizo de su nombre un punto de no retorno.

Un poco cansado de explicarse frente a los tribunales de la historia sagrada, de su música entonces dijo que no era tango, sino música de Buenos Aires.

Sin modificar ni un solo ladrillo fundó otra ciudad, al modo en que Borges interpretó al Heráclito: si no se bebe dos veces agua del mismo río, no es porque el río corre y cambia, sino porque el hombre que baja a beber nunca es el mismo.

Es tan cierto decir que su música no es tango como cierto es decir que es tango en su más pura extrañeza recobrada.

Para finalizar esta velada escucharemos: Fuga y Misterio ejecutado por el Cuarteto de Amigos

martes, 7 de marzo de 2023

RETIRO Y PLAZA SAN MARTÍN, década del 60 ARTE, 2da parte

 El tema del huevo, como símbolo de la perfección divina, tuvo un papel importante a lo largo de la Historia del Arte, desde las pinturas renacentistas hasta las ilustraciones contemporáneas...


...en esos años de crisis y tensiones políticas en Argentina, debidos a la proscripción del peronismo, asistíamos también a la presencia del arte óptico y la abstracción geométrica... 


Nota de Noemí Pilar Molinero (formato video)

lunes, 6 de febrero de 2023

RETIRO Y PLAZA SAN MARTÍN, ARTE en década del 60

El realismo del arte pop consistía en una desmaterialización de la obra concreta que abría las posibilidades a un sin fin de expresiones donde el público participaba activamente...

Nota de Noemí Pilar Molinero (formato video)

martes, 3 de enero de 2023

BARRIO DE RETIRO EN DÉCADA 60

https://youtu.be/hqtag3s3ZLM 















 En el campo del arte, luego de la Segunda Guerra Mundial, hubo una explosión de libertad creativa, en la que se abrieron paso ideas de cambio y renovación, tanto en los EEUU y Europa como en Argentina y latinoamerica, o sea en el occidente capitalista.

 EEUU se consolidó como el país más poderoso de occidente, y se ocupó de la recuperación económica  de Europa a través del plan Marshall. Comenzo la guerra fría, entre los países capitalistas y rusia comunista, conflicto en el que, según Eric Hobsbawm, el historiador, la frontera entre la guerra y la paz quedó desdibujada. Y también comenzaron los treinta gloriosos años, décadas de crecimiento económico y pleno empleo en numerosos países del mundo. 



Sin embargo, en la década del sesenta empezó a haber movimientos juveniles en forma de protesta porque estaban disconformes con el modo de vida en las sociedades de consumo, y esto trajo aparejado un deseo de transformar la sociedad porque sentían que ese  modo de vivir, producir, de vivirse a sí mismo como individuo que consume, separado de los otros, o sea ese modo occidental, colonizador, patriarcal de encarar el mundo, no era bueno para todos, sólo para algunos. 

Ahora bien, las protestas, que variaron desde lo que fue París en el 68 hasta las manifestaciones en los EEUU contra la guerra de Vietnam, tuvieron un común denominador que fue la presencia de la juventud, la que hizo una revolución cultural en todos los sentidos, imponiendo sus propias pautas culturales. 



 AQUI en Argentina, asistíamos, desde fines de la década del 50, a que la idea de una rápida desaparición del 25 peronismo  había sido un diagnóstico errado. Con el tiempo la pervivencia de la identidad peronista se fue transformando en una certeza en la política nacional. 


 Los gobiernos civiles desde 1958 en adelante fueron débiles, existieron bajo la tutela de las  FFAA, las que finalmente volvieron en cuerpo y forma con Onganía en 1966. Ahí fue cuando se disolvió el congreso, se prohibieron los partidos políticos, se intervino la universidad  y se reprimió con severidad los reclamos sindicales, además de un férreo control sobre la prensa,  las actividades culturales y hasta la forma de vestir de los 26w jóvenes. Todo esto era una muestra real de una parte esencialmente tradicionalista de la sociedad en la que cualquier expresión de modernización fue percibida como  una amenaza.

No fue una experiencia aislada en Argentina, sino que también ocurrió en el resto de Latinoamérica en el marco de la guerra fría   en que los militares  de la región hicieron de todo disidente político, social o cultural, un potencial aliado del comunismo.


  En nuestro país las medidas económicas trajeron conflicto social, porque en el afán de favorecer a las  empresas extranjeras aquí establecidas, se congelaron salarios, se produjeron despidos masivos, con la contrapartida de la radicalización de ciertos grupos políticos y sociales. 


Los sectores juveniles, en particular los estudiantes universitarios y los obreros, alineados en posiciones combativas, fueron los protagonistas más destacados de una protesta social, que se expandió a partir del  Cordobazo. en 1969. Obreros y estudiantes juntos por primera vez y por otro lado un nuevo fenómeno encarnado en los grupos guerrilleros. 

Eran los años de la liberación nacional de los países del tercer mundo.  Eran los años posteriores a la revolución cubana, 

La revolución cubana suscitó polémicas intelectuales junto a intentos guerrilleros en el que los jóvenes intervinieron como sector cultural claramente identificado con una actitud proclive a un cambio social profundo: revolucionario     y también se manifestaron desde el rock contestatario hasta comportamientos afectivos y sexuales más abiertos. Eric Hobsbawm, el historiador, señaló que la cultura juvenil se convirtió en la matriz de una revolución cultural en el sentido más amplio. Una revolución en el comportamiento y las costumbres.   En Argentina, la movilización de estos jóvenes vino a sumarse al antiguo problema de la represión, a la falta de una democracia consolidada y a la proscripción del peronismo.

A pesar de sus diferencias, todos los movimientos tuvieron un rasgo común: la aparición de jóvenes escolarizados con profunda disconformidad hacia los modelos sociales de los países occidentales.

 Creció también la preocupación por el medio ambiente, producto de los extractivismos, pero en los 60s esta preocupación no formó parte de la agenda de los jóvenes latinoamericanos, sino de la de los europeos.


 Fue también la llegada de la cultura pop que se trataba de cualquier cosa imaginativa, carente de seriedad, rebelde, y básicamente divertida.


 En Buenos Aires, parte de esto ocurría en el barrio de Retiro y Plaza San Martín.

 El espíritu de la calle Florida en los años sesenta pareció quedar reflejado y resumido en esta frase de Mary Quant: Nosotros queríamos que la gente se detenga y mire, nosotros queríamos shockear a la gente. En su caso se trataba de atraer y seducir al público londinense.


 En 1958, los hermanos Guido y Torcuato Di Tella crearon la Fundación Di Tella y, a través de ella, el Instituto del mismo nombre, cuya misión era “promover el estudio y la investigación de alto nivel, en cuanto al desarrollo científico, cultural y artístico del país; sin perder de vista el contexto latinoamericano donde estaba ubicada la Argentina”.  Según la utopía dominante del momento, la ciencia debía convertirse en palanca de la economía, y hubo un largo debate acerca de cuáles debían ser las prioridades del desarrollo: o bien ciencias básicas o  bien tecnología aplicada. 



 Transcurría el décimo aniversario de la muerte de su padre, coleccionista de arte y empresario argentino forjador de un complejo industrial fabricante de heladeras, autos y otros productos para el hogar cuando crearon esta institución de investigación independiente, cuyos fondos necesarios vinieron de las fundaciones Rockefeller, Ford, Esso, Aceros Pacífico, Kaiser, Di Tella. La idea era que el desarrollo y el intercambio cultural contribuirían a facilitar el intercambio económico. El contexto económico favoreció el apoyo a la creatividad afirmativa y también a la crítica de arte. 

 Allí el nuevo Centro de Artes Visuales fue el gran espacio en la sede más importante, la de la "Manzana Loca", en Florida 963, que tenía varias salas de exposición y un auditorio para 244 espectadores en el que la dirección estaba a cargo de   Jorge Romero Brest, ex director del museo nacional de bellas artes. 


El edificio se inauguró con el Premio Internacional en agosto de 1963, que fue para 39 Rómulo Macció, y significó un respaldo al grupo de artistas neofigurativos. 

 Las vanguardias artísticas se concentraron aquí, combinando la experimentación con la provocación.  Convencidos de recrear en bsas un verdadero centro internacional del arte punto de referencia de otras corrientes emergentes y medianamente contestatarias, pero provocativas como el hippismo. Para evitar una cultura aislada, se promovieron becas en el extranjero.

Romero Brest, años más tarde, diría que “No era un museo, no era una asociación, ni siquiera un centro de arte. Era un club”. No puedo dejar de asociar esta frase a lo que diría jean Claude Milner sobre el mayo francés, décadas después, más exactamente en 2009...La belleza de París de Mayo no tenía nada que ver con la belleza de museo: era la belleza de una ciudad populosa, desbordante de actores y espectadores…era la belleza del movimiento que desplaza.  


Ese deseo por atraer y seducir al ecléctico público londinense pareció inspirar el espíritu de la calle Florida en los años sesenta.

 Los premios otorgados por el Di Tella fueron para Clorindo Testa, cuya pintura era, según romero Brest, embrional y con evidente rechazo del color…, con los que se movía en una especie de primer día de la creación” 

Hubo premios para  Gyula Kosice,  Luis Felipe Noé y  Marta Minujín hasta que en el 1966 comenzaron los problemas económicos…

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 Con la apertura del Centro de Experimentación Audiovisual en el 63, con dirección de Roberto Villanueva, comenzó el teatro y allí sorprendió Griselda Gambaro, con El Desatino, obra con claras influencias de las principales corrientes europeas de los años 50: el existencialismo,  el teatro de la crueldad y el teatro del absurdo.

La contracara de esto era el debate de aquellos que cuestionaban la falta de compromiso del di tella, y le contraponían el teatro realista de Roberto Cossa, por ej, cuyos temas tocaban la incertidumbre de las clases medias ante el peronismo. 

Por  este escenario pasaron las bailarinas  Marilú Marini y Ana Kamien, como también Norman Briski, Nacha Guevara y un grupo musical y  paródico denominado I Musicisti, a quienes luego se conocería como Les Luthiers.


 La primera etapa consistió en invitar a los jóvenes creadores que no tenían espacios, o lugar donde mostrarse, por lo que la selección era muy amplia, y las propuestas muy diversas.


La idea de generar un espacio anticonvencional conllevó mucha creatividad, de la que daremos cuenta en un próximo encuentro


martes, 25 de octubre de 2022

BARRIO DE RETIRO Y PLAZA SAN MARTÍN

Curioso que en un lugar tan alejado, con tan poca gente, haya hecho falta un lugar donde estar retirado…

Curioso también que en ese lugar se practicó ese deporte tan ingles que es el cricket, jugado por....






Video producido por Noemí Pilar Molinero