Jean Claude Milner ubica a esta época no como la de vigilar y castigar sino como la de vigilar y controlar, y denuncia que la ideología de la evaluación en nombre del bien público se introduce en la salud mental con criterios de normatividad. Así se convierte en consigna política.
Heberto Padilla (Puerta de Golpe, 20 de enero de 1932 - Auburn, 25 de septiembre de 2000) fue un poeta y catedrático cubano.
Padilla fue detenido el 20 de marzo de 1971 a raíz del recital dado en la Unión de Escritores, donde leyó Provocaciones.
Fue acusado de «actividades subversivas» contra el Gobierno.
Su encarcelamiento provocó una reacción en todo el mundo, con las consiguientes protestas de conocidísimos intelectuales entre los que figuraban Julio Cortázar, Simone de Beauvoir, Marguerite Duras, Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, Alberto Moravia, Octavio Paz, Juan Rulfo, Jean-Paul Sartre, Susan Sontag, Mario Vargas Llosa y muchos otros. Después de 38 días de reclusión en Villa Marista, Padilla leyó en la Unión de Escritores su famosa Autocrítica, en la que renegó de sus obras y de sus ideas expresadas anteriormente.
“…Sobresaltos diversos entre los intelectuales de izquierda ante la ridícula autocrítica estalinista de Padilla y el discurso policial de Fidel Castro. La convención en la que se afirman los dirigentes cubanos está basada en la idea de que los intelectuales no deben tener ningún privilegio, pero lo que uno piensa de inmediato es que si han tratado así a un poeta que posaba de disidente, es posible imaginar lo que sucede con los opositores de origen popular (….) el mecanismo de la autocrítica es de por sí una prueba de la influencia soviética: la conciencia que parece haber adquirido Padilla en la cárcel (soledad, aislamiento, introspección, presión policial) es totalmente contraria a lo que podemos imaginar como democracia socialista, es decir, nadie discute con él en su campo, sólo los policías, ellos lo convencen y lo llevan al estrado para que él haga ahí la función de payaso arrepentido que increpa e interpela a los escritores presentes, como si ahora él fuera un ejemplo (…) lo peor no es el contenido de lo que dice Padilla, sino lo que en la izquierda llamamos las condiciones de producción de su discursito ( que parece redactado por la policía política)…(*)
(*)Fragmentos, Ricardo Piglia, “Los diarios de Emilio Renzi”, Anagrama, 2016
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