sábado, 16 de mayo de 2015

Marionetas. Sollers, Deleuze, Fellini.


Nota de Héctor Mauas
I. “Atreverse a reír allí donde ya no cabe reírse” –escribe Philippe Sollers como lector de Georges Bataille-. La risa menor siempre está disponible, siempre lista para salir a escena. Forma parte del espectáculo donde no cabe más que reírse, bien reírse, con corrección. Purga aristotélica inmejorable.
Reír es distinto de reírse. Reír no es una actividad comunitaria.
Reír irrumpe. Desencadenado, inmotivado, ello ríe en una soledad desconocida, diferente del alejamiento (¿quién hubiera podido creer que reímos así, que algo en nosotros se presta a reír así?).
La risa mayor nunca cabe en sitio ni época ninguna. Siempre está de más -una risa que hace resonar la oquedad, la oquedad a cuya altura nunca estamos-. En general, no hace gracia.
II. Deleuze crea el concepto de cliché pictórico: lo que habita oculto tras el blanco de la tela y precede al acto mismo de pintar. El punto de partida no está vacío sino “lleno de clichés”. No es nuevo ni antiguo, sino viejo, muy viejo. Tiene la “edad de sus prejuicios” –enunciación poética de Bachelard. Pintar es hacer surgir una presencia que interrumpe la representación. Ha sido necesario un trabajo de sustracción.
III. Desalojar el cliché, reír con una risa que no se reconoce como propia, -risa de nadie, para nadie-.
Sollers otra vez: “…la alegría no es la irrisión ni la chacota de nuestra actualidad iletrada y violenta”.
No hay burla aquí, ni voluntad transgresora de un sujeto por fin liberado ya en posesión de los hilos de su destino.
El “transgresor” aspira al Ser, -¡ser titiritero!,¡ah, sí!…“reírse” de todo cuanto existe-.
IV. Fellini, ya casi sobre el final de su vida, y acorde al tono de susurro que conviene a su invención, respondió que en su valoración personal del arte fue primordial que se le impusiera la presencia de algo vivo.
Vital en su obra es la existencia, mínima, de un margen por fuera del cliché.
Deleuze, Sollers, Fellini, o el arte como sombra hospitalaria donde alojar lo que sólo es apariencia.
V. Una marioneta perfecta no ofrece resistencia. De logros poco y nada le interesa, y se solaza en lo que su desarticulación se preste a dispensar.
Fellini, Marcello y Sofía (marionetas)
Sollers-Lacan 1975
Gilles Deleuze
Rene Magritte, "The dual reality"
Sofía, Marcello, Sordi,...Vittorio de Sica










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