lunes, 27 de octubre de 2014

DESCOMPROMETER.

Jorge Luis Borges, temprana y definitivamente, fisuró el concepto de arte comprometido.

Este concepto parte del supuesto de que “Autor” es quien puede manejar su obra a voluntad. Y, por lo tanto, “Autor” es sólo quien cumple con la tarea de imprimir sentido.

En Borges y en tantos otros, mejor resulta la fórmula inversa. Hay obra, y el llamado autor es el causado. ( de mi blog)

Joseph Mallord William Turner
Pintor inglés ( 1775-1851)
Turner no elevó el arte del paisaje a la altura de la historia, ni aun cuando ese haya sido su propósito.
“Elevar” el acontecimiento,-singular, inesperado, contingente, innecesario- a la altura de la “Historia”, es un intento por totalizar la experiencia y hacer de “lo humano” el centro de todo cuanto existe, y capturarlo en los discursos sometidos a la servidumbre voluntaria del tiempo, el tiempo de la producción y del Progreso.
Por el contrario, el acontecimiento artístico, mientras perdura su fuerza disruptiva, es una fractura que no se deja asimilar. En ese punto, está “fuera de historia”, y por ello mismo es capaz de recoger y preservar lo que cada época se esfuerza en integrar al circuito del olvido. Como escribió, y aún sigue escribiendo Borges una y otra vez, “…el olvido, el común olvido.”
( comentario de Héctor Mauas)



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